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| Foto: Lalo R. Villar / Faro de Vigo |
Cuando acabó el partido ante el Elche, todo estaba preparado para el merecido homenaje a Nolito. El futbolista saltó al terreno de juego entre el pasillo realizado por sus compañeros y trabajadores del club. Todo estaba preparado para su fiesta hasta que apareció el Presidente Carlos Mouriño.
Con la aparición del jerarca se estropeó en cierta manera el homenaje al sanluqueño. Una gran parte del respetable le dedicó una sonora pitada a Mouriño, que durante todo el partido cantó proclamas a favor de Denis Suárez, con quien mantiene una absurda disputa, y que provocará que el de Salceda no continúe en el Celta el próximo curso, con la amenaza de quedarse en la grada si decide continuar.
Resultaba complicado entender lo que decía el Presidente en medio de los abucheos por una situación dantesca que perjudicará al Celta a corto plazo, y que no evitará que futbolistas como Bryan Bugarín se sigan yendo a otros equipos, como ha sucedido desde tiempos inmemoriales, por desgracia para el Celta, una de las empresas del grupo GES, propiedad de Carlos Mouriño, como él se refiere en público a un club con una historia casi centenaria.
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