El negacionista de la tierra de nadie


Foto: Octavio Passos/Getty Images

El negacionismo está más de moda que nunca. Hay quien niega la existencia del covid, quien niega la eficacia de las vacunas contra esta enfermedad, los que niegan que el hombre haya pisado la luna, los que niegan el holocausto nazi, e incluso quien niega que la tierra sea redonda. Hay para todos los gustos, y las teorías de la conspiración son tan respetables como dantescas. 

Ayer Eduardo Coudet se sumó a la lista de negacionistas, refiriéndose en este caso a la “tierra de nadie”, esa expresión que se usa en el fútbol para referirse a aquellos equipos que ni están cerca del descenso ni cerca de objetivos ambiciosos. 

El preparador argentino no conocía la expresión. La escuchó por primera vez antes de la rueda de prensa tras el Celta - Levante. Le tuvieron que explicar a qué se referían, y a Coudet no le gustó. Y hace bien, añado. El negacionismo siempre se asocia a algo negativo, pero en este caso es muy necesario. 

Es cierto que el empate cosechado ayer por el Celta complica notablemente la lucha por las plazas europeas. De hecho, hasta hace poco nadie se lo planteaba, pero una racha de buenos resultados hizo que aflorase la ilusión. No necesitamos mucho para ello, por cierto. Por otro lado, a pesar de la frustración por el empate, el equipo suma otro punto que le permite alcanzar los 32 y observar la lucha por la permanencia con cierta distancia. 

Pero no está nada cerrado.  Ni la salvación ni las opciones europeas. Todo está abierto, y por eso hace bien Coudet en ser negacionista. No le gusta la tierra de nadie, ni la expresión, y mucho menos referida a su equipo El Celta no bajará nunca los brazos mientras Coudet esté al frente. Luego los resultados irán poniendo a cada uno en su sitio, pero no será fácil convencerlo para dejar de luchar. 

Porque esa expresión lo que esconde realmente es eso, una invitación a la relajación, a observar las últimas jornadas con la tranquilidad de que nada nos afecta. Es lo último que le puede pasar a este equipo, entre otras cosas porque con 32 puntos nadie se ha salvado. Quedan otros 39 en juego y hay que pelearlos como el Celta los ha peleado hasta ahora. Yo tampoco creo en la tierra de nadie. No existe. 

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