Mallorca 0 - Celta 0 | Contra viento y Reina


Foto: Rafa Babot/Getty Images

El viento y Manolo Reina impidieron la victoria del Celta este viernes en Son Moix en un partido marcado por la meteorología, con rachas de viento de 70 kilómetros por hora que perjudicaron el espectáculo. En la segunda mitad, con cierta calma, el Celta se hizo con el mando del partido y tuvo claras ocasiones para llevarse los tres puntos, especialmente en el descuento, pero la falta de acierto o las actuaciones de Reina impidieron el triunfo celeste. 

El Celta afrontaba el partido con la siempre inconveniente baja de Iago Aspas. A esta importante ausencia se sumó la de Santi Mina, que recibió sendos golpes en la cabeza y tuvo que abandonar el terreno de juego con una conmoción, aunque afortunadamente parece que su estado no reviste gravedad. 

La primera parte fue un simulacro de partido, donde jugar al fútbol se convertía en una utopía ante la velocidad del viento que manejaba el balón y hacía que aquello se pareciese más al mundial de globos de Ibai Llanos que a un partido de Primera División. 

No es fácil adivinar que las ocasiones brillaron por su ausencia en el primer acto, más allá de alguna acción complicada por el propio viento, que jugó en contra de los célticos en los primeros 45 minutos. El orden del equipo de Coudet sirvió para evitar males mayores. El orden y un inconmensurable Renato Tapia, que rebañó cuanto balón pasó por su zona de influencia. 

Con todo, el Celta pudo irse al descanso en ventaja si Galhardo o Brais Méndez  hubiesen aprovechado sendas ocasiones tras una falta botada por Denis Suárez. El balón cayó a pies de Galhardo, que se encontró por primera vez con Pepe Reina, y Brais tampoco pudo aprovechar el rechace posterior. 

El Mallorca entró mejor en la segunda parte, y tuvo una ocasión clarísima por medio de Pablo Maffeo, que no aprovechó un balón franco en el interior del área céltica. En otra acción, Aidoo despeja un balón que era de Dituro, y Ángel casi lo aprovecha para sorprender al meta argentino. 

Ahí se acabó el peligro de los bermellones, y entró en escena el Celta con varias ocasiones que pudieron decantar la balanza. A través de disparos lejanos, en las botas de Brais, Beltrán o Galán, y en acciones en el interior del área, especialmente por parte de Galhardo, que nunca fue capaz de superar a Manolo Reina. 

Pero la traca final llegaría en el descuento, con tres claras ocasiones de gol, que los vigueses no fueron capaces de transformar, en una mezcla de desacierto propio y efectividad del guardameta rival. El caso es que el marcador no se movió y el Celta se lleva un punto que es muy escaso para sus méritos en este encuentro. 

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