Celta 1 - Cádiz 2 | El Celta enciende las alarmas



El Celta sigue sin encontrar la victoria y con su derrota ante el Cádiz ha emulado los peores inicios históricos del equipo en Primera División. La derrota llegó en un partido raro, en el que el Cádiz anotó 2 goles creando una ocasión de peligro, y luego supo defenderse bien, aprovechando en parte la falta de ingenio del ataque celeste, que aún así gozó de claras oportunidades para llevarse el partido, especialmente los dos palos en el descuento que pudieron haber cambiado el encuentro. 

De entrada Coudet realizó varios cambios en el once inicial, dando entrada a José Fontán y Solari en detrimento de Araújo y Brais Méndez. De tal modo que el equipo que salió de cara estaba formado por Matías Dituro; Hugo Mallo, Murillo, Fontán, Javi Galán; Tapia, Denis Suárez, Solari, Cervi; Iago Aspas y Santi Mina. 

Arrancó el partido como estaba previsto. El Cádiz echado atrás, muy ordenado pero renunciando totalmente al fútbol, esperando un fallo del Celta para adelantarse en el marcador. Planteamiento similar al que el año pasado les llevó a irse de Balaídos con cuatro goles porque el Celta acertó en las dos primeras llegadas, todo lo contrario que este año, donde Cervi falló la primera gran ocasión a los 4 minutos de partido tras un buen centro de Hugo Mallo. 

El Celta tenía el dominio del juego, pero no del partido. El Cádiz es un equipo de los que no hacen afición. Es difícil que un niño se enamore de este deporte viéndolos jugar, pero su táctica es lícita, y además es probable que sirva para mantener la categoría entre bostezos en la Nueva Mirandilla. 

Pero tampoco es que el Celta haya enamorado esta noche a ningún niño. Las cosas como son. Tras la ocasión clara de Cervi, lo que pasó durante la primera mitad no será recordado. Llegadas tímidas, sin tiros a portería y con el Cádiz defendiendo muy plácidamente su escaso botín de un punto. 

De hecho, en el minuto 21, un error garrafal de Tapia en la entrega le permitió a Tapia disponer de un tiro de la frontal que, en homenaje al partido, lo envió a las nubes. Por fortuna el balón se pudo recuperar ya que el fondo era la grada de gol, todavía en pie. 

Con el paso de los minutos el Celta fue perdiendo fuerza, sin que tuviese mucha nunca, y al primer bostezo llegó el primero del Cádiz, cuando Lozano remató de cabeza un saque de esquina botado por Alarcón. 

Si este resultado era maravilloso para el Cádiz, los de Álvaro Cervera se encontraron con un regalo de Fontán, muy inocente en una acción en la que carga de forma excesiva contra un rival, con el riesgo que supone teniendo un árbitro pitón en el campo. Penalti, y no hay revisión de VAR porque es una acción de apreciación, y el contacto es claro. Dituro detuvo el penalti, pero Espino cazó el rebote. Para una vez que tenemos un portero que para penaltis, es imperdonable regalar el rechace al rival. 

Así se llegó al descanso, y la vuelta del vestuario Coudet movió el árbol con tres cambios, y varios jugadores reposicionados. Entraron al terreno de juego Nolito, Brais Méndesz y Galhardo, quedando en el vestuario Fontán, Denis y Cervi. Con estos cambios, Hugo Mallo pasaba al eje de la zaga, con Solari como carrilero, y Brais más incrustado en el interior que en banda. 

El equipo presentó una cara muy diferente en la segunda mitad. Mejoró, lo cual no era muy complicado, pero no fue suficiente. Santi Mina redujo distancias en el minuto 65, tras el despeje de Ledesma a un lanzamiento de Aspas que el vigués cazó en la frontal para introducirlo en la portería rival. 

Tras el gol Coudet dio entrada a Fran Beltrán, que le dio un nuevo aire al equipo, aunque las ocasiones fueron llegando a cuentagotas. No es fácil jugar cuando un equipo para constantemente el ritmo del partido, pero hasta que no se cambie el reglamento para evitar estas triquiñuelas hay que saber jugar con esos factores. 

Ya en tiempo de descuento, con el equipo totalmente volcado sobre el área de Ledesma, llegaron las mejores ocasiones, con sendos cabezazos de Aspas y Murillo. El primero a la cruceta, y el segundo al larguero. Sin duda no era el día para los célticos, que se quedan con un punto de quince posibles. 

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