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| Foto: RC Celta |
Ayer se cumplieron 6 años del regreso de Iago Aspas al Celta. El moañés abandonó el Celta en el año 2013 después de ser traspasado al Liverpool por una cantidad cercana a los 10 millones de euros. La enorme competencia en la delantera le impidió triunfar en Anfield, y tampoco pudo hacerlo en el Sevilla, donde entrenaba Unai Emery, que ha reconocido posteriormente el error de no darle más minutos al canterano celeste.
Estos dos hechos propiciaron que su regreso a Vigo, que era esperado, se anticipara, volviendo a vestirse la zamarra celeste mucho antes de lo previsto. Cuando el Celta anunció su vuelta, una enorme ilusión inundó a todo el celtismo. El hijo pródigo estaba de vuelta.
Poco hay que decir de estas seis temporadas con Iago Aspas en el Celta. Volvió mucho más maduro, después de dos experiencias enriquecedoras, y con las cosas muy claras, y un único objetivo: Ganar un título con el Celta.
De momento no lo ha conseguido, pero sigue soñando con ellos, y mientras tanto ha conseguido meter al Celta en dos semifinales de Copa y en otra de la Europa League, ha logrado sumar casi una veintena de internacionalidades, y ha ganado 3 trofeos Zarra como el máximo goleador español de La Liga, además de un reconocimiento unánime por parte de aficionados y periodistas, ganándose el derecho de discutirle a Mostovoi el puesto de mejor jugador de la historia del club, que para muchos ni tan siquiera tiene discusión.
Con todos estos argumentos parece claro que aquel 12 de junio de 2015 es uno de los días más importantes en la historia del club vigués.
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