15 años de Carlos Mouriño como Presidente del Celta


Foto: RC Celta

Carlos Mouriño es el presidente más longevo en la historia del club. No sabemos cuál será su fecha de caducidad como propietario y dirigente del club, pero ya se cumplen quince años de su llegada al club, tomando el relevo de Horacio Gómez, y saltando del Consejo de Administración a la presidencia tras adquirir el paquete accionarial mayoritario. 

En estos tres lustros muchas cosas han cambiado. Desde su lema “100% Vigo” el día de su presentación, hasta la desaparición por completo del nombre de la ciudad en las comunicaciones oficiales del club se ha producido un largo proceso que ha cambiado mucho al mandatario celeste. 

También el club ha cambiado, en muchos casos para bien. Tomó el Celta con una deuda económica muy importante, que se hizo mayor con el descenso a Segunda División y las malas decisiones de sus primeros años, pero supo enderezar el rumbo a nivel económico, situando al club entre uno de los más saneados del fútbol español. 

A nivel deportivo, tras unos primeros años horribles, marcados por una larga estancia de cinco años en Segunda, ha sabido retomar el pulso competitivo apoyándose en la cantera, que primero sirvió para enjugar las deudas gracias a las ventas de futbolistas como Rodrigo, Joselu, Denis Suárez, Iago Aspas o Santi Mina, por citar solo algunos, y posteriormente para ser la base del equipo. El pasado domingo el equipo venció en el Campo Nou con 8 jugadores surgidos de A Madroa. Un dato que enorgullece al celtismo y hace encarar el futuro con optimismo. 

No se vislumbra en el horizonte un relevo en la presidencia, aunque el tiempo pasa, y este cambio será inevitable. No será fácil que su sucesor supere su récord de longevidad en la presidencia celeste, así como muchos otros logros alcanzados durante su mandato. 

En su debe está la ruptura con la masa social del Celta, que ve a su club como menos propio debido a ciertas decisiones que alejan al aficionado de los jugadores y del club. Será el fútbol moderno. 

Aún así, la valoración global de Carlos Mouriño como presidente debe ser buena. Con aspectos en los que mejorar, evidentemente, pero es probable que el club esté en una mejor situación que el Celta que cogió en 2006, incluso estando por entonces clasificado por la Copa de la UEFA, y eso habla muy bien de su trabajo al frente del club. 

Mención aparte merece su relación con el Concello. Cordial al principio, y generadora de vergüenza ajena en los últimos años, con una actitud bastante triste tanto por parte del Alcalde de Vigo, Abel Caballero, como del propio Carlos Mouriño. Un episodio a olvidar por parte de ambos. 

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