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| Foto: Diario AS |
El Celta rescató un punto en el descuento en un partido horrible de los de Coudet, incapaces de superar la telaraña defensiva ideada por Sergio, que sigue sin perder ante el club celeste desde su último ascenso. Orellana adelantó a los pucelanos, y Murillo logró el empate ya en tiempo de compensación.
Cómo era previsible, Augusto Solari ocupó el puesto de Nolito en el once inicial, aunque partiendo desde la banda derecha, con Brais en la izquierda, posición en la que se rotaron ambos jugadores durante el partido. El resto del equipo fue el habitual.
El Real Valladolid tenía muy clara la premisa de su técnica, impedir que el Celta pudiese combinar, y para ello no dudaban en hacer las faltas que fuesen necesarias para cortar el ritmo del equipo local, que no encontró una alternativa, cayendo una y otra vez en la misma trampa.
La primera ocasión del encuentro llegó en el minuto 17 después de un error de Tapia, que perdió el balón teniendo que intervenir Rubén Blanco ante el disparo de Weissman. El Celta seguía siendo incapaz de imponer su juego en un partido que interesaba claramente a los intereses del equipo castellano. En toda la primera parte, la única ocasión del Celta fue en una incursión de Hugo Mallo, que remató mal un pase filtrado por Brais.
La segunda parte comenzó con el mismo decorado. El Celta sin ideas y el Valladolid llevando el partido a sus intereses. A los diez minutos de la reanudación Coudet movió el árbol buscando soluciones, dando entrad a Holsgrove en lugar de Denis, y a Baeza en lugar de Solari. Ninguno de los dos cambios dio frutos.
Pudo adelantarse el Celta en el minuto 60 con un gran libre directo de Iago Aspas, que se estrelló en la misma cruceta. Ocho minutos después avisó el Valladolid en una acción en la que Brais Méndez evitó el gol con un gran despeje.
Los problema seguían para el Celta, en este caso en forma de lesión, cuando Néstor Araújo tuvo que abandonar el terreno de juego con un tirón muscular. Ocupó su lugar Aidoo. Y acto seguido llegó el gol del Valladolid, en una larga acción que acabó con remate de Weissman, despejado por Rubén Blanco a los pies de Orellana, que no falló.
Si hasta ese momento el Valladolid no se había preocupado mucho por el fútbol, a partir del gol se desentendió por completo. Sergio comenzó a realizar cambios defensivos, y logró desconectar definitivamente al Celta, que se estrellaba una y otra vez ante su impotencia. Coudet introdujo en el campo a Ferreyra en lugar de Aarón Martín, intentando dar más profundidad al Celta. Tampoco lo logró.
Cuando el partido languidecía, cuando parecía imposible rascar algo, una falta a 40 metros del área fue botada por Iago Aspas y cabeceada magistralmente por Murillo al fondo de las mallas. Un gol muy importante, que rescata un punto en un partido horrible. El Celta llega a los 30 puntos, y sigue con una ventaja importante sobre el Real Valladolid y el descenso. Es la única lectura positiva posible.
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