Informe | Los cuatro extranjeros que han jugado más de 250 partidos con el Celta



Disputar más de 250 partidos con el Celta es algo al alcance de pocos jugadores, pero tiene especial mérito si además de trata de un futbolista extranjero, ya que es menos habitual que jueguen durante muchos años en el club. A continuación hablaremos de los cuatro futbolistas capaces de alcanzar esta cifra, auténticos mitos en la historia céltica. 


El argentino se quedó a tan solo un partido de alcanzar los 300 partidos oficiales con la camiseta del Celta. Jugó durante ocho temporadas, entre 1999 y 2007, protagonizando alguno de los mejores momentos de nuestra historia, como la final de Copa de 2001, o la clasificación para la Champions. Además fue uno de los mejores en aquel 7-0 al Benfica, o en el 4-0 a la Juventus. También estuvo presente en dos descensos, el de 2004 y el de 2007, especialmente traumático porque supuso su salida del club, de una manera bastante triste, como casi todos los grandes salen del Celta. 



Otro mito. Considerado por muchos como el mejor jugador en la historia, Mostovoi vistió la camiseta del Celta en 290 ocasiones, siendo en su momento el líder de esta clasificación, posteriormente superado por Gustavo López. Jugó en el Celta en 1996 y 2004, siendo el líder del mejor Celta de la historia. 



Solo necesitó 6 temporadas para alcanzar este gran número de partidos, con una media de 44 partidos por temporada. El defensa argentino tiene el récord de partidos en una sola temporada, gracias a los 60 encuentros disputados en la Temporada 2000-01, la más larga en la historia del Celta, con Intertoto, UEFA, Liga, y Copa del Rey, donde alcanzó la final. 



Otra leyenda. Su legado perdurará durante muchos años en el aspecto goleador, ya que actualmente ostenta la cuarta plaza de goleadores históricos con 111 goles, siendo también el extranjero más goleador en los 94 años de vida del Celta. Gudelj jugó entre 1991 y 1999, y fue todo un referente para el celtismo en los años noventa. Santo y seña de un equipo que subió de primera y se convirtió en uno de los grandes de Europa con Gudelj como referencia ofensiva. 

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