Reparto de puntos en Los Cármenes, que hizo justicia a lo visto sobre el terreno juego, con dos equipos más pendientes de protegerse que de hacer daño, aunque el partido se animó un tanto en la segunda mitad, sin que llegaran a soltarse definitivamente en busca del gol. Debut de Solari, que dejó buenas sensaciones, y regreso de Aspas, que jugó los 90 minutos de partido.
El moañés fue la gran novedad en el once inicial, después de casi un mes volvía la estrella de un equipo que formó esta tarde con Rubén Blanco en portería, defensa para Hugo Mallo, Araújo, Murillo y Aarón Martín. Tapia como pivote, y por delante de él una línea de tres mediapuntas formada por Fran Beltrán, Brais Méndez y Nolito. Arriba, Santi Mina y Iago Aspas.
La primera parte estuvo marcado por las precauciones en ambos equipos, generando muy pocas ocasiones. El primer aviso del Celta llegó al cuarto de hora, con un disparo lejano de Fran Beltrán, asistido por Baeza, al que respondió bien Rui Silva.
En el bando nazarí el mayor peligro siempre partía de las botas de Kenedy, que atraviesa un gran momento de forma. Suyas fueron las mejores ocasiones del partido, aunque le faltó cierta puntería, especialmente en la primera mitad.
En la segunda parte salió con mayor agresividad el Celta, y a los tres minutos de la reanudación tuvo la primera ocasión, en botas de Nolito, tras una gran acción entre Aspas y Mallo, que acabó con pase de la muerte del capitán, pero el disparo de Nolito acaba siendo desviado por un defensor rival.
Tras el buen arranque del Celta llegó el turno del Granada, que puso a prueba a Rubén Blanco en varias ocasiones, primero con un disparo de Foulquier, después con una falta botada por Kenedy, y finalmente con un gran disparo de Darwin Machís, que despejó el de Mos con una estirada muy plástica.
Unos minutos antes había movido el banquillo Coudet, dando entrada a Solari y Holsgrove, en lugar de Nolito y Fran Beltrán. El escocés se situó en la posición de Beltrán, mientras que Solari se movió por la derecha, desplazando a la banda izquierda a Brais Méndez.
En los últimos minutos las escasas ocasiones de peligro fueron siempre celestes. Hugo Mallo con un buen disparo dentro del área, desviado por un zaguero, y Iago Aspas, que aprovechó un buen pase de Mina para irse de Rui Silva, pero sin poder superar a un providencial Vallejo, que apareció para rebañar el balón.
Sin mucho más llegó la conclusión de un partido que deja un resultado justo por los méritos de unos y otros. La virtud del Celta fue la de competir en uno de los campos más complicados de Primera División, ante un equipo que sigue bien situado en la zona noble de la clasificación.
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