Cuando el Chacho encontró a Denis



Denis Suárez fue una de las mayores inversiones económicas en la historia del Celta. El de Salceda regresó a Vigo en el verano de 2019 después de una peregrinación por varios equipos europeos, alguna lesión, y oportunidades perdidas en el Barcelona. Su regreso no supuso solo un esfuerzo para el Celta, sino también para el futbolista, con mejores ofertas en otros equipos. De no ser celtista, sería un refuerzo totalmente imposible para el club vigués. 

Sus primeros partidos con el Celta fueron prometedores, pero la magia no duraría mucho. El canterano acabó asfixiado, confinado en la banda por Escribá, que fue incapaz de sacarle jugo. Tampoco Óscar García lo consiguió, llegando a quedar en el banquillo en muchos partidos, pero el catalán dejó una pista para su sucesor en su último partido como técnico celeste. 

En Elche decidió ponerlo por el centro, juntándolo con Brais Méndez, y Coudet aprovchó el regalo, y repitió el once inicial ante el Sevilla en su primer partido, con dos jugadores repletos de talento comandando las operaciones. Desde entonces, Denis no ha parado de crecer, y lo hace en cada partido. Ayer dejó un recital, especialmente en la primera mitad, coronado con un robo de balón y pase a Aspas para que este le sirviera en bandeja el 1-0 a Nolito. 

No es la primera vez que hace algo así, porque el talento no está reñido con el sacrificio, y nunca renuncia a él. Poco a poco se va ganando a esa parte de la afición que lamentaba que fuese vegano cada vez que tenía una mala actuación. No ha cambiado sus hábitos alimenticios, al menos que sepamos, pero su juego ha experimentado una mejoría notable. Y el equipo lo agradece. 

0 comentarios:

Publicar un comentario