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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
La decisión de dar la titularidad a un futbolista de la cantera siempre suele comportar cierto riesgo y también dudas entre la afición cuando se conoce el once. Probablemente es lo que muchos pensaron cuando vieron a Gabri Veiga en el once inicial ante todo un Barcelona.
Pero las dudas, si existían, duraron apenas un instante, porque el jovencísimo futbolista volvió a demostrar todo el talento que tiene, y sobre todo su madurez futbolística, que le hace parecer un futbolista de mayor edad que la indica su carné de identidad.
Gabri Veiga dispuso de 60 minutos, y sin duda los aprovechó, sobre todo en la primera mitad, donde se convirtió, probablemente, en el mejor futbolista del equipo, haciendo bien todas las cosas que intentaba. No se complica cuando toca jugar sencillo, y se atreve cuando la jugada pide algo de aventura. Así generó la mejor ocasión del equipo en la primera mitad, con un centro chut muy peligroso que atajó Neto, y minutos más tarde se fue de Lenglet con una gran maniobra, provocando la primera de las dos tarjetas amarillas que vio en la primera parte y que le costarían la expulsión.
Destacábamos de Gabri Veiga que no parecía un debutante cuando tuvo unos minutos ante el Valencia, pero si aquello tuvo mérito, lo de ayer fue para nota. El celtismo asistió con entusiasmo a la primera gran noche de un futbolista que promete darnos muchas alegrías en los próximos años. Y lo mejor es que apenas tiene 18 años.
No sabemos lo que pasará de aquí al cierre de mercado y si algún movimiento del Celta puede cambiar su status en la plantilla, pero a día de hoy todo apunta que tendrá más oportunidades a lo largo del curso. Óscar García fue muy claro hace unos días, asegurando que lo considera un jugador del primer equipo, algo que sin duda demostró incluyéndolo en el once inicial frente a un equipo de talla mundial como el Barcelona.
La buena noticia para el técnico catalán es que el propio Gabri Veiga también se considera jugador de la primera plantilla. Se le ve que el reto no le viene grande, que no tiene miedo y que sale al campo a jugar como si lo hiciera en la División de Honor juvenil, como si la presencia de Messi, Griezmann, Piqué, Sergio Busquets, Coutinho, De Jong y compañía no le impresionase. Sin complejos, sin temor a nadie y con ganas de demostrar que su momento ya ha llegado a pesar de tener muy poca experiencia en el filial.
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