No más Munuera, gracias


Foto: Atlántico Diario
Cada vez que las designaciones arbitrales hacen coincidir a Munuera Montero con un partido del Celta, el celtismo contiene el aliento. Es complicado adivinar por donde saldrá el bueno del trencilla jienense, pero lo que tenemos claro es que habrá lío. El VAR minimiza los efectos perniciosos de sus tendenciosos arbitrajes, pero igualmente es capaz de encontrar resquicio para asestar duros golpes a la línea de flotación celeste. 

Ayer lo logró con una entrada de Bradaric que navegaba entre la amarilla y la roja. Como se trataba de una jugada dudosa y de apreciación del trencilla, el VAR no intervino. Igual que una semana antes no lo hizo cuando el propio Munuera estaba en la sala VOR y permitió que Bale siguiese jugando a pesar de su brutal entrada a Rafinha, sin opción alguna de disputar el balón. 

Pero los errores de Munuera van mucho más allá de lo que el VAR puede controlar. En las faltas dudosas siempre lo tiene claro. Y es curiosa esta “manía” que parece tenerle al Celta. En sus años mozos, cuando el VAR no existía, se cansó de perjudicar al Celta, hasta el punto de que el Celta solicitó formalmente a la RFEF no volver a encontrarse con él en un terreno de juego. Durante un año así fue, pero la pasada temporada volvió a dirigir un partido del Celta. Primero en Copa y después en Liga ante el Leganés, donde los celestes reclamaron un posible penalti sobre Boufal, que por supuesto no señaló Munuera. 

Desconocemos el motivo por el que Munuera trata tan mal al Celta, pero lo mejor es que no vuelva a dirigir un partido del equipo celeste. Por la limpieza de la competición. 

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