La eterna reválida de Escribá


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
Fran Escribá sigue vivo. Por confianza o por falta de sustituto, o simplemente por las circunstancias de una jornada intersemanal que dejaría sin margen para el nuevo entrenador. El caso es que el preparador valenciano se sentará el domingo ante el Getafe, y esa sí que será la auténtica reválida para él. 

Pero, ¿Es normal que un técnico se juegue su puesto por un partido?. Normal si, habitual también, pero desde luego no parece lógico. Si un técnico no goza de la confianza de un club, lo normal sería despedirlo, con independencia de cuándo sea el próximo partido, e incluso del resultado que se obtenga en el mismo. Es decir, ¿Debe seguir en el banquillo Escribá aunque gane si no cuenta con la confianza del club?. 

Mi opinión personal es que no, pero por otro lado si existe plena confianza, tampoco debería ser destituido por ese resultado, pero lo normal suele ser sucumbir a la presión de la masa social, que en este caso pide de forma mayoritaria su cese. Ya comentamos en más de una ocasión que la profesión de entrenador es una de las más duras que existe, obviando su sueldo y la frivolidad del fútbol, por supuesto. 

Los técnicos rara vez son los responsables del éxito, pero siempre lo son del fracaso. Si el equipo gana los focos se centran en los jugadores, normalmente en los que han marcado los goles, pero cuando el equipo fracasa todas las luces apuntan al banquillo. Su puesto es tan frágil que se pueden inscribir entrenadores en cualquier momento de la temporada, pero no jugadores, en una invitación a la rotación. 

Lo importante el domingo es ganar. Con Escribá o sin él. Es un partido que puede ser visagra, especialmente porque el siguiente compromiso es ante el Barcelona en el Camp Nou, un escenario generalmente muy complicado para cualquier equipo, y en particular para el Celta, que logró en 2014 un triunfo que se resistía en los últimos 70 años. Tampoco parece el mejor campo para el debut de un nuevo entrenador, y esto tal vez sirva para prolongar la agonía de Escribá, o como excusa para finiquitarlo en caso de ganar al Getafe. 

Lo que parece claro es que será una auténtica reválida para el técnico valenciano, si es que está a tiempo todavía de revertir su situación. Hemos visto casos en el futuro de técnicos sentenciados que acaban salvándose casi de forma milagrosa, y logran hacer historia con su club. Recordemos el caso Berizzo, casi despedido tras una derrota en Getafe en su primera temporada, aunque es cierto que aquel equipo presentaba sensaciones muy diferentes a estas. Pero como siempre decimos, el fútbol es totalmente imprevisible. 

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