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| Foto: RC Celta |
El pasado mes de enero el Celta comenzaba a preparar la salida de Maxi Gómez con el fichaje de Gabriel Fernández, que continuó cedido en el Peñarol hasta el final de la pasada campaña. Apodado el “Toro”, el ariete uruguayo presentaba unas cifras mucho más modestas que las de Maxi Gómez, y además había tardado más en despuntar que su compatriota.
Determinados problemas personales pusieron en jaque su llegada al Celta, aunque finalmente pudo resolver los temas judiciales derivados de un atropello en el mes de diciembre el año pasado. La oportunidad se le presentó cuando Santi Mina se lesionó en un amistoso ante el Tenerife, e incluso lo aprovechó, siendo titular ante el Valencia y anotando un bellísimo tanto de espuela que daba la victoria al Celta.
Parecía que la dirección deportiva del Celta había vuelto a acertar con el fichaje de un delantero uruguayo poco conocido en España. Sin embargo, la recuperación de Santi Mina le apartó de la titularidad, y desde entonces ha tenido minutos sueltos en las segundas mitades, que no ha sabido aprovechar.
Sus apariciones han sido escasas, y poco efectivas. Acumula 234 minutos en 5 partidos, pero casi todos en las tres primeras jornadas de Liga. El Toro disputó 87 minutos ante el Real Madrid en la jornada inaugural, 73 en el triunfo ante el Valencia y otros 53 en Sevilla, la última vez que fue titular. En los 5 siguientes partidos del Celta solo jugó 15 minutos ante el Espanyol en Balaídos, sin apenas participación, y los últimos 6 en la derrota sufrida en Eibar.
Escaso bagaje para un futbolista del que se esperaba más. Es cierto que la temporada es larga y habrá partidos para todos los jugadores, incluso la competición de Copa ofrece una oportunidad para aquellos que cuentan con menos minutos en La Liga. Ese es el clavo ardiendo al que se debe agarrar el delantero uruguayo, que tiene por delante la oportunidad de su vida para iniciar una larga carrera en el fútbol europeo.
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