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| Foto: Atlántico Diairio |
El Celta está sufriendo esta temporada unos problemas en ataque a los que no estaba acostumbrado en los últimos años. Cuatro goles en siete partidos es el escaso bagaje de los de Fran Escribá, que además son el equipo que menos dispara a portería de toda la Primera División.
Uno de los problemas con los que se está encontrando es la decisión a la hora de afrontar disparos lejanos o intentar continuar la jugada. Escribá dijo tras el partido ante el Espanyol que sus pupilos habían abusado del último pase, algo que se aprecia desde la grada. En ocasiones tienen disparo a portería, y prefieren rizar el rizo con un último pase que casi nunca consigue su objetivo.
¿Cuál es el motivo?. En eso está trabajando el cuerpo técnico del Celta esta semana. Uno de los posibles motivos puede ser la falta de confianza en el disparo, que provoca que los jugadores busquen un pase para encontrar posiciones en las que tengan un disparo más seguro, pero si ese el único modelo resulta muy sencillo defender al Celta.
Por eso esta semana los jugadores, por órdenes de la dirección técnica, han ensayado disparos lejanos con el fin de mejorar en este faceta. El último gol desde fuera del área lo marcó Brais Méndez la pasada temporada, y más allá del acierto, el equipo realiza muy pocos disparos desde lejos, lo que facilita la misión a los rivales a la hora de defender.
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