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Foto: LFP |
Santi Mina fue uno de los grandes refuerzos del Celta este verano, y una de las piezas esenciales de la operación retorno emprendida por el club celeste para retomar la senda de años anteriores, en los que siempre estuvo más cerca de Europa que del descenso. El vigués no pudo debutar en la primera jornada, debido a una inoportuna lesión en un partido de preparación disputado en Melgaço ante el Tenerife.
Por este motivo no fue titular hasta la cuarta jornada de Liga, pero antes ya le dio un gran pase de gol a Denis Suárez en Sevilla, que sirvió para rescatar un punto de uno de los campos más complicados de La Liga. Ayer volvió a aparecer al rescate para salvar un punto sobre la bocina. Literalmente, ya que tras su gol el colegiado señaló el final del choque.
Fue el primero en su segunda etapa como jugador del Celta. Durante la primera acumuló 12 dianas, la mayoría en su segunda temporada, destacando los 4 que le marcó al Rayo Vallecano en una de sus noches más especiales como futbolista. Decían entonces que el canterano tenía un don para el gol, y por lo visto ayer no ha perdido sus facultades. Porque esa es la diferencia entre los grandes delanteros y los que pueden llegar a serlo. Santi Mina tiene la capacidad de aparecer en el momento preciso para decantar un encuentro o evitar una derrota.
Su gol número 13 con la camiseta celeste será el primero de muchos este curso. Para eso lo fichó el Celta, y para eso regresó a Vigo, con la idea de tener minutos y poder ser protagonista de La Liga.
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