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| Foto: José Lores/Faro de Vigo |
En los últimos años la defensa se convirtió en una obsesión para todos los entrenadores, incapaces de corregir los desajustes defensivos de un equipo lastrado por los goles encajados. Berizzo, Unzué, Mohamed y Cardoso no fueron capaces de dar con la tecla, e incluso Escribá en sus primeros meses sufrió en este aspecto.
Este verano el Celta apostó por reforzar la delantera con jugadores de la casa, contrastados, y que han militado en equipos muy importantes los últimos años, pero no se olvidó de la zaga. Se aseguró la continuidad de Olaza en el lateral izquierdo y fichó a un internacional ghanés desconocido en Vigo como Aidoo.
Estos movimientos, junto con el trabajo de Escribá y el gran momento de forma de Rubén Blanco, han servido para que el Celta frene la hemorragia defensiva, pero ahora ha surgido otro problema: Falta gol. Algo con lo que se contaba, con el talento de Aspas, al que se han sumado Denis Suárez, Santi Mina, Gabriel Fernández y Rafinha, parecía que marcar goles era algo que llegaría casi sin esfuerzo. Pero el fútbol nos ha vuelto a demostrar que no se debe dar nada por hecho.
Y el problema no es tanto la falta de acierto de los atacantes, sino la falta de juego. Es cierto, y esto es un detalle que no debemos obviar, que el Celta se ha enfrentado en estas seis primeras jornadas a 3 equipos de Champions (Madrid, Valencia y Atlético de Madrid), uno de Europa League (Sevilla), y a un Granada contra el que jugó durante más de una hora con dos jugadores menos. El jueves ante el Espanyol no hay excusa que valga.
Las alarmas se han encendido, aunque seguramente todavía sea pronto para hacer valoraciones. La sensación de muchos aficionados se traslada a la estadística: El Celta es el segundo equipo que menos ha disparo a portería en las seis primeras jornadas, con 44 remates, tres más que el Alavés, que es el equipo más tímido ante la portería rival, según publica el diario AS.
Mañana se mide al Eibar, que ha rematado en 69 ocasiones contra la portería rival, aunque antes de la victoria del pasado jueves estaba en puestos de descenso. Mendilíbar siempre dice que el Celta es un equipo ideal para su estilo, pero esta vez, con Escribá en el banquillo, las reglas han cambiado, aunque el técnico celeste quiere cambiar esa situación.
De hecho, tras el partido ante el Espanyol recordó que su equipo había abusado del pase, y que había faltado decisión, y que a veces sobraba un pase. No ha tenido mucho tiempo entre un partido y otro, pero seguro que se trabaja en este aspecto.
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