32 años de leyenda celeste


Foto: Salvador Sas
El 1 de agosto de 1987 nacía en Moaña Iago Aspas Juncal. La mayoría de nosotros permanecimos ajenos a este suceso, sin saber que ese pequeño bebé cambiaría la historia del Celta. Otro muchos ni tan siquiera habíais nacido. 32 años después ese niño es una leyenda del celtismo, un futbolista que ya ha marcado época cuando todavía le quedan muchas batallas que librar en Balaídos. 

Pero incluso antes de retirarse ya ha dejado para la historia unos cuantos hitos. Como olvidar aquel día contra el Alavés, cuando marcó un doblete en Balaídos que salvaba al Celta a dos jornadas para el final de la Liga. No era una salvación cualquiera, ya que con el Celta inmerso en pleno proceso concursal, un descenso a Segunda B hubiera supuesto la muerte. 

Unos años más tarde fue la estrella del equipo que regresaba a Primera División gracias a sus 23 goles, que serían 12 al año siguiente en la máxima categoría, con una salvación agónica que llegó también de sus botas, pues suyo fue el pase a Natxo Insa en el gol salvador frente al Espanyol. 

Se marchó del Celta pero regresó para formar uno de los mejores tridentes ofensivos en la historia del club junto a Nolito y Orellana. Juntos llevaron al Celta a Europa una década después. Pero quizás su gran momento llegó la pasada temporada cuando regresó tras tres meses de ausencia para sacar al Celta de una situación realmente delicada. Fue ahí cuando descubrimos que no era humano. Él solo salvó al equipo de un descenso que se daba por seguro en el descanso del partido ante el Villarreal. Y esto está muy lejos de llegar al final. Tiene en mente conseguir un título. Es casi una obsesión. Muy complicado, por supuesto, quizás inalcanzable, pero solo los grandes tienen esa ambición.  

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