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| Foto: LFP |
Hace ahora un año Pione Sisto protagonizaba buena parte de los rumores sobre posibles salidas del Celta. El interés de varios equipos, entre ellos el Southampton, parecían ser la antesala de la despedida del futbolista danés, que se concentraba con su selección para participar en el Mundial de Rusia, un certamen que debía confirmar al extremo como uno de los grandes futbolistas de la selección escandinava para el próximo lustro.
Las vueltas de la vida le han convertido solo 365 días después en prácticamente un ex futbolista. Está muy lejos de los planes del seleccionador danés, y ha perdido completamente su sitio en el Celta. Y seguramente no solo eso. En los últimos tiempos se ha hecho más famoso por sus extravagantes publicaciones en las redes sociales, que por su comportamiento dentro del terreno de juego.
Lo últimos que hemos sabido de él llega a través de su cuenta de Instagram, en la que reconoció que se planteó el reto de comer solo fruta durante 21 días, que abandonó dos días antes de alcanzarlo por la “oscuridad del subconsciente”. No sabemos si es cierto, o forma parte de esa delirante performance en la que ha convertido su Instagram, pero es evidente que de todo esto subyace un problema que explica el cambio de 180 grados que ha experimentado su carrera en la última temporada.
Mientras tanto el celtismo lamenta la pérdida de un futbolista que cumplió con creces en sus dos primeras campañas, y que ha bajado alarmantemente su rendimiento esta temporada. Sus problemas personales le han llevado a desaparecer completamente de la rotación, y a estar muy lejos de su nivel cuando los entrenadores le daban una oportunidad.
Aún así sigue siendo un jugador muy crecido, como se demuestra con el manteo del último partido ante el Girona. Un jugador que cae bien, y del que se recuerdan sus buenos momentos con nostalgia. Recuperarlo aún es posible, y si se me apura muy necesario, pero no pasa por el terreno futbolístico.
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