Celta 2 - Rayo 2 | Aspas maquilla el bochorno


Foto: José Lores/Faro de Vigo
Un doblete de Iago Aspas en los últimos minutos evitó el bochorno de una derrota ante el ya descendido Rayo Vallecano, que sin jugarse nada sacó los colores a los de Escribá, y pudo llevarse la victoria. Por fortuna, las noticias que llegaban desde Vitoria no inquietaban, ya que el Girona era incapaz de sacar nada positivo, por lo que la permanencia nunca peligró, pero la imagen fue acorde con la temporada. 

De entrada, Fran Escribá devolvió a Cabral al once inicial, y mantuvo el resto del equipo que perdió hace una semana en San Mamés, y como sucedió en Bilbao no acabó de funcionar. El Rayo, sin hacer mucho, llegaba más a la meta de Rubén y tenía el dominio del juego ante un Celta que lo intentaba en alguna contra sin mucho éxito. 

Fue el Rayo quien dio primero, adelantándose en el marcador en el minuto 28 gracias a un penalti, una acción que enfadó bastante a la grada céltica, y más cuando un minuto después cayó Maxi Gómez en área rayista, sin que Mateu Lahoz estimase que fue objeto de falta. Además, el colegiado valenciano expulsó en esa acción a Fran Escribá por protestar. 

Tras el gol reaccionó levemente el Celta, que tuvo una buena ocasión por medio de Lobotka, aunque al eslovaco le faltó saber resolver dentro del área. Con esa acción se llegó al descanso. Tras la pausa se esperaba una reacción del equipo celeste, pero pareció todo lo contrario. 

Los de Escribá eran incapaces de superar la red defensiva del Rayo, que se adelantaría en el minuto 71 por medio de Álvaro Medrán, que marcó un gol sensacional tras gran lanzamiento desde fuera del área. El Celta movió el banquillo dando entrada a Jozabed y Boufal en lugar de Brais Méndez y Boudebouz. 

Cuando todo parecía perdido, Mateu Lahoz señaló penalti a favor del Celta. El colegiado del encuentro tuvo que acudir a la pantalla para confirmar la existencia del penalti, que transformaría Iago Aspas con su habitual maestría. Y sobre el tiempo de descuento, el propio Aspas embocaría en la portería contraria un centro de Lucas Olaza para poner el empate con un complicado remate. El moañés alcanza los 20 goles en una temporada en la que estuvo tres meses de baja. Buscar un adjetivo para su hazaña es tarea imposible. 

Y también resulta complicado para definir la temporada del Celta. Lo mejor fue el alivio cuando el árbitro señaló el final del encuentro, pensando ya en la próxima temporada, con la esperanza de que sea mejor. Peor será complicado. 

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