El Celta tendrá mañana una auténtica prueba de fuego ante el Leganés. El equipo de Fran Escribá alcanzó ante el Espanyol los 36 puntos después de lograr un empate que no es un mal resultado, pero que se ha visto complicado por los resultados de sus rivales. El Villarreal ganó y prácticamente tiene la permanencia en su mano, y también ganaron Valladolid y Levante, que dan un paso de gigante hacia la salvación.
En esas circunstancias, el Celta llega a Leganés con la obligación de sumar, e incluso con la necesidad de ganar para evitar sustos en las últimas jornadas. Pase lo que pase en este encuentro no estará decidido. Ni la victoria garantiza la permanencia, aunque la acercaría mucho, ni un derrota descendería al Celta, aunque se complicaría mucho en sus aspiraciones.
Desde el regreso de Iago Aspas hemos visto que este es otro Celta, capaz de competir contra cualquier equipo, con una versión mucho más fiable en los últimos encuentros, y saldrá a jugar en Leganés con la máxima confianza en lograr un triunfo que le aleje de la zona conflictiva. Una victoria, unida a algún resultado favorable de los rivales, sería un balón de oxígeno para el equipo celeste.
Acostumbrado a jugar finales en los últimos encuentros, el Celta vivirá una más, aunque esta vez lejos de Balaídos. No estará solo, ya que la afición ha vuelto a responder agotando las entradas para la grada visitante. Además se espera que muchos se infiltren entre la afición local, por lo que el ambiente será fantástica en Butarque, y ayudará al equipo a lograr su objetivo lo antes posible.
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