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| Foto: RC Celta |
Gustavo Cabral termina contrato el próximo 30 de junio. El argentino ha sido el único de los que terminaban contrato esta temporada a los que el Celta no forzó para cambiar de aires el pasado verano. Tampoco a Sergio, aunque la situación del guardameta era muy diferente, ya que tenía una opción para aumentar su contrato si disputaba una serie de partidos.
Cuando estamos a menos de dos meses para que se acabe la temporada, el central céltico aún no ha hablado con el club sobre una posible renovación, tal y como cuenta este viernes en una entrevista concedida a Faro de Vigo: “No hemos hablado con el Celta para renovar pero no me quiero aventurar porque no sé qué puede pasar de aquí a junio”, comentó.
El zaguero tiene claro que ahora lo importante es la salvación del equipo: “Estoy abierto a todo, pero de momento solo pienso en el Celta. Mi cabeza está puesta en el Celta, en querer hacer bien este fin de curso y que el Celta se quede en Primera. Después, cuando termine mi contrato en junio, tendré tiempo para que mi cabeza se ponga a trabajar para ver qué hacemos, para ver qué propuestas hay, si me quedo o me voy. Eso se verá pero no me quiero aventurar a algo que no puedo llevar a cabo en estos momentos”, manifestó.
El jugador se muestra tranquilo y recuerda que sus renovaciones siempre llegaron sobre la bocina: “No sé si queda tiempo por que en el Celta mis renovaciones fueron siempre en el último momento. No sé si influirá la edad o los minutos jugadores, pero siempre he renovado en el último momento. La última fue un día antes de marcharme de vacaciones a Argentina, por eso no me quiero aventurar a algo o en pensar en algo que puede ocurrir más adelante y que no está en mis manos”, comenta.
A sus 33 años ve cercana su retirada, al menos del fútbol al primer nivel, pero le gustaría seguir ligado en categorías inferiores: “Me gustaría jugar hasta que el cuerpo aguante, y no tiene que ser en un equipo de primer nivel. Tengo claro que no voy a estar con 38 años jugando en Primera en España, pero sí en otras categorías. Ahí colgaré los botines”.
De sus siete años en el Celta destaca “haber conseguido la permanencia ante el Espanyol, con la afición estallando de alegría e invadiendo el campo. Eso supuso mucho porque te salvabas y tu máximo rival descendía. Fue un premio doble porque sabíamos que tenía que perder el Depor y ganar nosotros para salvarnos. Fue una sensación muy extraña porque sabíamos que no dependíamos de nosotros. Me quedo con eso. Tengo muchos recuerdos del Celta porque ha sido el equipo en el que he jugado más años. Tengo tres equipos en mi vida: Almirante Brown, el de mi barrio, Racing de Avellaneda, y el Celta. Voy a ser uno más del Celta”, concluye.
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