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| Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo |
Si algo está haciendo bien el Celta en los últimos años es cuidar su economía. La entidad presidida por Carlos Mouriño ha dado un giro de 180 grados a su situación financiera desde que pasó por el mal trago de un proceso concursal que puso en entredicho la supervivencia de la entidad.
El Celta salvó con éxito esa situación, con un proceso que muchos califican como impecable desde el punto de vista empresarial, y desde entonces ha ido maquillando la deuda hasta dejarla a cero. Ahora, más de diez años después de entrar en concurso, el Celta está totalmente saneado y es, junto al Eibar, el único club de la máxima categoría que tiene deuda neta positiva.
Según publicó el portal Palco23, especializado en economía deportiva, el Celta presentó una deuda positiva de 6,8 millones de euros, por debajo de los 14,5 del Eibar, que es otro club modélico en este aspecto. El equipo azulgrana ha sabido sobrevivir en Primera con una masa social pequeña, formando buenos equipos sin necesidad de endeudarse.
En el extremo opuesto se encuentran los grandes clubes de la categoría. El Barcelona reconoce una deuda de 808 millones de euros, mientras que la del Atlético de Madrid se sitúa en los 751,4. Auténticas barbaridades, que se compensan con la gran capacidad de generar ingresos que tienen estos clubes, y la facilidad para acudir al crédito, lo que les permite refinanciar esa deuda sin que la entidad corra peligro.
Un dato que define bien la diferencia entre estos clubes y el Celta es el gasto destinado a personal el pasado curso. Mientras que el club celeste solo gastó 34,4 millones de euros, la cifra empleada por el Barcelona asciende a los 529 millones.
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