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| Foto: Óscar Vázquez/La Voz de Galicia |
El Celta acumula una preocupante racha de minutos sin ver portería. Para encontrar el últimos gol de los celestes tenemos que remontarnos al 16 de febrero, cuando Brais Méndez transformó un intrascendente penalti en el minuto 88 del partido contra el Levante, que por entonces marchaba con un claro 0-3 a favor de los granota.
Desde aquel partido se han disputado otros cuatro en los que el Celta ha sido incapaz de batir la meta contraria. Fueron los encuentros ante Alavés, Eibar y Real Madrid, todos ellos fuera de casa, y ante el Betis en Balaídos.
Una crisis goleadora que no se recordaba en Casa Celta. En los últimos años, al Celta le ha costado bastante la faceta defensiva, pero siempre ha sido muy fiable en el aspecto ofensivo. Tras la lesión de Aspas al Celta le ha ido costando cada vez más marcar, pero casi siempre veía puerta en los primeros partidos. Cuando Cardoso intentó hacer un giro defensivo para reforzar la defensa ante la sangría de goles encajados, el equipo parece que ha perdido la chispa arriba.
El regreso de Aspas puede ser la mayor baza del Celta para solventar estos problemas, pero como se ha repetido mucho en los otros días, un equipo está compuesto por once jugadores, y uno solo no siempre será capaz de revertir la situación, por eso es necesaria una mejoría en toda la plantilla para que estos problemas con el gol pasen a ser cosa del pasado.
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