Siempre se suele decir que de todas las crisis hay alguien que sale reforzado. Y el Celta no va a ser menos. La horrible racha de resultados del equipo en el mes de enero dejó un inesperado héroe: Rubén Blanco. El meta de Mos ha conseguido zanjar el debate de la portería, y logró algo que parecía aún más complicado, y es que muy pocos se acordaron de la portería a la hora de pedir refuerzos en el mercado de invierno.
La actuación de Rubén Blanco durante el mes de enero ha sido sobresaliente, especialmente si tenemos en cuenta que lo ha hecho en medio del naufragio de todo el equipo. El canterano fue el más valorado por nuestros lectores en todos los partidos del mes, y en muchos casos con una considerable diferencia sobre el segundo mejor.
Pocos jugadores necesitaban tanto un empujón de autoestima como Rubén Blanco, que ha tenido verdadera mala suerte desde que dio el salto al primer equipo. Le ha faltado regularidad, en muchos casos por las lesiones, pero cuando más o menos la tuvo, no supo responder con buenas actuaciones de forma consecutiva. Hasta ahora le habíamos visto buenos partidos, pero no había sido capaz de sostenerlo en el tiempo.
Todo eso ha cambiado, o lo parece, en este último mes, donde ha mantenido una gran regularidad, con actuaciones portentosas que no evitaron las derrotas pero sí las goleadas. Así que esta crisis de juego y resultados ha servido para consolidar a Rubén Blanco en la portería del Celta. No todo han sido malas noticias.
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