Si la situación del Celta es comprometida, no lo es menos la del Valencia. El equipo ché está decepcionando en La Liga, con los puestos europeos muy lejos, y ha sido eliminado de la Champions. Le queda la Copa del Rey, y tampoco está realizando una gran participación. Los de Marcelino cayeron derrotados 2-1 en el partido de ida, y se juegan esta noche (21:30) su pase a la siguiente ronda.
Y ese encuentro tendrá una especial relevancia para el partido del próximo sábado, ya que la eliminación del equipo valencianista podría precipitar la salida de Marcelino, curiosamente ante el equipo en el que se formó como futbolista.
Incluso aunque logre superar esta eliminatoria, que es lo que se espera de un equipo como el Valencia ante un Segunda División, llegará a Vigo muy cuestionado por los resultados. 23 puntos en la primera vuelta es un bagaje muy bajo para un equipo hecho para pelear por los puestos altos de la clasificación. En otras circunstancias ya habría sido destituido, pero su buen trabajo la temporada pasada le ha concedido el crédito suficiente para llegar con vida en estas circunstancias. Eso sí, una derrota en Balaídos lo condenaría.
Marcelino llega a Vigo en una situación muy parecida a la que llegó Nuno do Espírito Santo en la Temporada 2015-16. Muy cuestionado por la grada y por la directiva, acabó llevándose el partido por un claro 1-5. El portugués sería destituido jornadas más tarde, y en la segunda vuelta fue Gary Neville quien llegó al partido contra el Celta con la espada de damocles sobre su cabeza. La victoria (0-2) de los vigueses en Mestalla precipitó su destitución.
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