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| Foto: José Lores/Faro de Vigo |
La asistencia a Balaídos sigue desplomándose de forma preocupante. El pasado sábado ante el Huesca se registró la peor entrada de una temporada con una presencia muy baja de aficionados celeste en el recinto vigués. Ante los aragoneses tan solo presenciaron el partido 13.463, cifra inferior a muchos estadios de Primera División e incluso a varios de la categoría de plata.
Las cifras han bajado de forma considerable en los últimos años, y se están acentuando en el presente curso, ya sin la excusa de las obras o cualquier otro inconveniente, como se esgrimía en años anteriores. Un dato bastante significativo es que la mejor entrada del año hayan sido los 21.184 espectadores que acudieron a ver el Celta - Real Madrid. Una cifra mucho más baja que la registrada ante los blanco en años precedentes.
Desde Casa Celta siempre se echan balones fuera respecto a este asunto. Se siguen dando cifras de abonados totalmente irreales, que no se corresponden con la verdadera cantidad de abonados con los que cuenta el club, y se achaca incluso a la emigración. Cualquier cosa menos asumir una mínima cuota de responsabilidad. Este año la campaña de abonados ha sido honesta, pero han sido muchos años de redondeos al alza y de subidas de IPC totalmente infladas, además de las constantes batallas de la directiva con el Concello, que han terminado por hastiar a muchos aficionados. Algo hay que hacer porque esta situación es insostenible para un club que pretende ser puntero.
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