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Foto: Cristina Graña/Faro de Vigo |
Aunque pueda parecer raro, hay entrenadores que prefieren no tener demasiado talento en su equipo. O mejor dicho, prefieren tenerlo jerarquizado, teniendo claro quienes son los titulares y quienes los suplentes. Tener a 14 jugadores de mucha calidad obliga a que tres de ellos, como mínimo, no puedan jugar de inicio, y eso hay que gestionarlo en el vestuario.
No parece que esto preocupe demasiado a Mohamed, y es lo que ganamos, ya que el técnico argentino tendrá que tomar decisiones comprometidas en los próximos partidos. No solo para realizar la convocatoria, donde tendrá que dejar talento en la grada, sino también al elegir al once. Lo ideal sería rotar mucho, algo que en las primeras jornadas no ha hecho.
Lo que hemos visto en las primeras jornadas es que si el once inicial tiene muy buen nivel, los jugadores que esperan una oportunidad en el banquillo no le van a la zaga. Boufal u Okay son alguno de estos ejemplos, pero también Brais Méndez ha sido suplente en las dos últimas jornadas, y Emre no ha llegado a saltar al terreno de juego. Por si el talento fuese poco, en el próximo partido, si todo va según lo previsto, Mathias Jensen y David Juncà estarán disponibles, y esperando una oportunidad para tener minutos.
Un problema para Mohamed, seguramente bendito ya que es bueno tener tanto talento en el equipo, pero tomar según qué decisiones no es siempre agradable, y como comentamos, tan importante es acertar, como gestionar en el vestuario las suplencias de futbolistas que están rindiendo bien. La ventaja es que el Celta sufrirá menos que otros años las ausencias por sanción o lesión de alguno de sus jugadores, y tendrá la capacidad de cambiar los partidos desde el banquillo, algo que se echaba de menos en Balaídos.
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