Brais pone fin a una sequía de 360 minutos


Foto: LOF
El Celta fue uno de los mejores equipos de la primera vuelta fuera de casa en cuanto al aspecto goleador, e incluso de resultados. Sin embargo, desde el partido ante el Alavés, encadena una racha de encuentros en los que, además de perder, se había ido de vacío. Getafe, Girona y Atlético de Madrid fueron tres rivales ante los que no pudo sacar nada en limpio el equipo de Unzué, y además se fue a cero. 

Cuando Brais Méndez logró marcar el empate en el minuto 89, se cumplían 360 minutos de juego desde el último gol lejos de Balaídos, anotado por Iago Aspas en el mismo minuto del partido de Mendizorroza. Cuatro partidos completos sin ver portería para un equipo que tiene en su capacidad ofensiva una de de las mejores armas. 

La pérdida de identidad de los últimos encuentros se puede medir precisamente en la facilidad goleadora que tenía el equipo en la primera vuelta, y la que tiene ahora, y más concretamente en la capacidad para generar ocasiones. El Celta de la segunda parte de San Mamés se acerca más a ese equipo y permite soñar con una recuperación en las últimas jornadas con un calendario ciertamente complicado. Al menos Brais logró cortar la sangría. 

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