El error arbitral que pudo cambiar el partido


Foto: Ángel Gutiérrez
La historia recordará el partido que disputó esta tarde el Celta como una victoria clara del Atlético de Madrid, pero en el mundo del fútbol dos y dos nunca son cuatro, y un resultado nunca explica exactamente lo que ha sucedido sobre el terreno de juego. 

Al margen de la efectividad de unos y otros, que no se puede negar y también fue clave en el resultado, la victoria del equipo colchonero parte de un error arbitral que cambia claramente el sino del partido. El gol que anota Griezmann no debió haber subido al marcador, y el matiz entre ese gol y el empate que entonces señalaba el marcador es demasiado importante. No es lo mismo irse al descanso con un empate que perdiendo tras encajar un gol en el minuto 44. 

Ese gol llega después de una clara falta a Pablo Hernández, que recibe un codazo en el salto por parte de un rival. El balón cae a pies de Griezmann que marca el 1-0 tras una gran maniobra, pero la jugada debería haber sido anulada. Hasta ese momento el Celta apenas había sufrido en defensa. El Atlético llegó en alguna ocasión, porque es un gran equipo y es imposible que no lo haga, pero no inquietó excesivamente la portería de Rubén Blanco, mientras que el Celta empezaba a sumarse al ataque con más peligro. ¿Qué hubiera pasado en la segunda mitad si ese gol no subiese al marcador?. Nunca lo sabremos. 

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