Dos huesos duros de roer


Foto: Getty Images
Tras las dos victorias logradas en Balaídos ante Leganés y Eibar, el Celta ha alcanzando cierta comodidad en la tabla clasificatoria de la Liga, donde ahora ocupa la novena posición, y continúa su paso firme en la Copa del Rey, alcanzando la eliminatoria de octavos de final. 

Pero ahora viene lo bueno. O al menos lo más complicado. El equipo de Juan Carlos Unzué encara dos visitas consecutivas a los dos estadios más complicados de La Liga. Barcelona y Valencia ocupan las dos primeras posiciones del campeonato, y se están mostrando como equipos muy sólidos. Ninguno de ellos conoce la derrota, y el pasado domingo demostraron su nivel en un partido vivido de poder a poder entre dos equipos con máximas aspiraciones. 

Antes estos dos equipos, el Celta tendrá que dar lo mejor de sí para sacar algo positivo. Puntuar en el Camp Nou siempre es difícil, y nadie mejor que el equipo celeste para saberlo, ya que en 2014 logró una victoria que se resistía desde los años 40 del pasado siglo. Toda una vida sin vencer al Barcelona en su campo. Tampoco el estadio del Valencia se le ha dado muy bien al Celta a lo largo de la historia, aunque ha conseguido victorias recientemente, aprovechando el mal momento que vivieron los de Mestalla en las últimas campañas. 

Pero este Valencia no tiene nada que ver con lo que sufrió su afición en temporadas precedentes. La llegada de Marcelino García Toral ha dotado de solidez al cuadro ché, que se está convirtiendo en uno de los equipos más fuertes de la Liga, y especialmente difícil cuando juega en casa, imponiendo su autoridad sobre el resto de equipos. El calendario es caprichoso y ha querido que estos dos equipos lleguen de forma consecutiva. Habrá que remangarse y ponerse a trabajar para intentar sacar algo en estos encuentros. No será fácil. 

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