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| Foto: Miguel Riopa/Getty Images |
El Celta se dio una y otra vez contra el muro de Simeone, que mostró en Vigo su catenaccio más extremo. Los madrileños marcaron prácticamente en su única llegada, otro fallo defensivo de los nuestros, para variar. El equipo vigués fue mejor, mereció más y murió matando, jugando los últimos 20 minutos con todo lo que tiene arriba, cinco atacantes que pusieron contra las cuerdas a los colchoneros sin terminar de derribar el muro.
De entrada Unzué apostó por Maxi Gómez en la delantera, desplazando a Aspas a la banda y dejando a Emre Mor en el banquillo. Radoja y Jozabed también se quedaron en el banco, y en defensa el sacrificado fue Fontàs. Los primeros minutos de tanteo precedieron a una fase de mayor dominio del Celta, que tenía el balón ante la nula oposición de un Atlético que esperaba atrás bastante cómodo.
El Celta buscaba superioridades a base de combinaciones, pero se topaba con una defensa muy poblada, lo que apenas le permitía generar ocasiones de gol. Sergi Gómez tuvo la más clara en el 17 con un cabezazo que despejó a córner Oblak. Sisto tuvo una minutos después, y el primer aviso del Atlético llegó por mediación de Griezmann, salvada por Sergio.
A la salida de ese córner llegó el gol de los madrileños. Otra acción tonta con un mal despeje de Sergi Gómez que sirve en bandeja el tanto a Gameiro. En los últimos minutos de la primera mitad se vio a un Celta más atascado, con ocasiones aisladas, como un disparo lejano de Wass que detuvo Oblak sin mayor problema.
En la segunda mitad las cartas se pusieron encima de la mesa muy pronto. El Atlético renunció a cualquier intento de buscar la portería de Sergio, y el Celta fue poco a poco encerrándolo en su área. Aspas tuvo una muy clara a los 5 minutos de la reanudación, pero Oblak estuvo atento para evitar el empate. El propio Aspas tendría la ocasión más clara en el 57, en un lanzamiento de falta que golpeó la escuadra atlética.
En el 64 la acción polémica del partido. Gabi toca el balón con la mano dentro del área. El colegiado no lo vio o interpretó que no era voluntario, pero el caso es que ordenó seguir el juego ante la indignación generalizada de Balaídos.
A poco menos de 20 minutos para el final Unzué decide quemar todas las naves retirando del terreno de juego a Wass y Cabral, y poniendo en su lugar a Emre Mor y Guidetti. El equipo pasaba a jugar con tres defensas, tres delanteros centros, con Maxi, Guidetti y Aspas muy pegados, y con los extremos a pierna natural para poner centros. Mor por la izquierda y Sisto por la derecha.
Los cambios eran una locura porque el Atlético tenía muchísimo espacio para sentenciar el partido, pero el equipo madrileño colaboró para que la táctica de Unzué fuese un acierto echándose aún más atrás. El Celta embotelló al Atlético en su área y generó varias ocasiones en las que faltó acierto para nivelar la contienda. Maxi Gómez tuvo una muy clara en el 77, recogiendo un pase de Sisto, controló con el pecho y su remate impactó con un adversario.
Las ocasiones se sucedían, pero sin llegar a ser extremadamente claras. Aspas puso a prueba a Oblak, que estuvo muy fino y atento en estos minutos del encuentro. Ya en tiempo de descuento, Guidetti casi sorprende al meta esloveno con un taconazo, pero reaccionó bien.
No pudo ser. El Celta mereció mucho más ante un Atlético que se dejó el fútbol en Madrid. Con todo, las sensaciones del equipo fueron muy buenas.
Ficha técnica
CELTA: Sergio, Hugo Mallo, Cabral (Emre Mor, min.72), Sergi Gómez, Jonny, Lobotka, Wass (Guidetti, min.72), Pablo Hernández, Iago Aspas, Sisto, Maxi Gómez.
ATLÉTICO: Oblak, Juanfran, Savic, Godín, Lucas, Thomas, Gabi (Giménez, min.65), Saúl, Correa (Filipe Luis, min.87), Gameiro (Gaitán, min.60), Griezmann.
Goles: Gameiro (0-1, min.28).
Árbitro: Munuera Montero, del comité andaluz. Amonestó a Jonny, Cabral, Pablo Hernández (Celta); Savic, Saúl, Gabi, Juanfran, Thomas (Atlético).
Campo: Balaídos (12.879 espectadores).
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