Uno de los nuestros


Foto: RC Celta
Pape abandonó Vigo tras cuatro temporadas en el club. Lo hizo dejando tras de sí una importante cantidad económica, que puede ser aún mayor si el Olympique Lyonnais traspasa al futbolista en un futuro. Canterano llegado al Celta en el año 2013, procedente del Montañeros, su irrupción fue fulgurante, propia de un futbolista con un enorme talento. En poco más de un año ya había debutado con el filial y era un habitual en los entrenamientos del primer equipo. 

Berizzo le echó el ojo desde el primer minuto. Lo fue guiando. Pape consideraba que era su padre futbolístico, pero no le supo ver un hueco en un primer equipo que contaba con futbolistas muy importantes en la medular. Desbancar a Radoja, Wass o Pablo Hernández no era sencillo, y el técnico argentino no se atrevió. 

Pero su talento no se podía ocultar. Lo vio Pochettino desde Londres, y Florian Maurice desde Lyon. Y eligió Francia, que fue el equipo que apostó decididamente por él, y donde el idioma no será una barrera. Para el Celta es una buena venta, pero nos queda la pena de ver a uno de los nuestros lejos de Vigo. Se va embarcado, como socio del club, celtista para toda la vida y con el sueño de retirarse aquí. Si quiere lo hará. 

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