La recompensa del Celta a los "Borjas"


Foto: Atlántico Diario
Cuando hace un año Borja Fernández y Borja Iglesias encaraban el stage de pretemporada intuían que tendrían pocas opciones de quedarse en el primer equipo. Los dos jugadores no veían con buenos ojos seguir en el filial y tenían ofertas de clubes de Segunda para una cesión, así que esa parecía su mejor opción. Sin embargo el club les pidió un favor: Seguir en el Celta B para intentar hacer algo importante. 

El club obtuvo una respuesta favorable de ambos futbolistas, que renunciaron a estar en el primer equipo y a una cesión para ayudar al filial. Y lo hicieron tan bien que junto al resto de compañeros llevaron al equipo a la disputa de la promoción de ascenso a Segunda División. Algo que parecía una auténtica utopía cuando arrancó el curso, más si tenemos en cuenta los resultados del filial céltico en estos últimos años, siempre más cerca del descenso que de objetivos más ilusionantes. 

El agradecimiento hacia su sacrificio fue una de las palabras que más utilizó el club y en concreto su presidente, Carlos Mouriño, para referirse a lo que habían hecho ambos jugadores el verano pasado. El propio Mouriño dijo en una entrevista en la Televisión de Galicia que valoraba el esfuerzo que habían hecho y que tendrían recompensa. 

La recompensa para un jugador de la cantera es la de ser tenido en cuenta para el primer equipo. En Vigo y en cualquier equipo del mundo. Ese es el objetivo y para eso trabajan. Eso sí, Mouriño no especificó exactamente cual sería la recompensa, aunque más o menos todos pensamos en lo mismo. 

No pasaron muchos días de aquella entrevista en la televisión autonómica cuando el Celta anunció la contratación de un delantero uruguayo de 20 años, Maxi Gómez, que ha venido a ocupar exactamente el espacio que parecía reservado a Borja Iglesias. Este sábado el club anunció el fichaje de Lobotka, mediocentro de 22 años, la misma demarcación que Borja Fernández. El delantero santiagués ya está en el Zaragoza. Se marchó porque no veía opciones en el primer equipo. Borja Fernández seguramente también tendrá que buscar alguna alternativa. Si se queda seguramente juegue poco.

¿Cuál es la recompensa?. No es una pregunta retórica. No lo sé, y es probable que Mouriño se refiriese a otra cosa, porque fichar a un jugador de 22 o 20 años para el puesto que ocupan los dos Borja seguramente no sea la mejor manera de recompensarlos, así que necesariamente se tiene que referir a otra cosa. 

Esto me recuerda a una frase de Mouriño en el mes de agosto de 2011. Por entonces el Celta andaba algo corto de efectivos en la primera plantilla. En una rueda de prensa le preguntaron al presidente céltico si se ficharía algún central o algún lateral. Su respuesta fue contundente: “Tenemos a dos jugadores en el filial, Kevin y Soto, y si fichásemos a alguien para el primer equipo estaríamos cortando su progresión”. 

Dos o tres días después el club anunció el fichaje de Víctor Díaz (lateral derecho) y Raúl Navas (defensa central). ¿Sabéis cuántos partidos jugaron aquel año Soto y Kevin?. El primer cuatro partidos, el segundo uno. Es evidente que el club hizo todo lo contrario de lo que presumía Mouriño unos días antes. ¿Sucede lo mismo en el caso de los Borjas?. 

Si me preguntan por la política deportiva del Celta en los últimos años la nota siempre sería un sobresaliente. A los hechos me remito. El club toma decisiones, a veces duras, otras incomprensibles, pero los resultados están ahí. Por eso es una pena este tipo de excesos verbales totalmente innecesarios.  

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