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| Foto: RC Celta |
Quedan apenas horas para uno de los partidos más importantes de la historia. Poco o nada importa lo que se diga en la previa. El celtismo vivirá este encuentro con una emoción especial, lógica y esperada, ante un encuentro que significará un antes y un después. Si el Celta cae eliminado será la temporada del casi, si supera esta ronda tocará la historia con los dedos.
Nunca antes ha llegado el Celta a las semifinales de un torneo europeo importante, y ahora está a tan solo 90 minutos de lograrlo. Nunca tan cerca como ahora porque en las anteriores eliminatorias de cuartos nunca había llegado al partido de vuelta con ventaja. Esta vez sí que lo ha hecho, y es cierto que el segundo gol del Genk rebajó la euforia, pero servirá para que el equipo vaya más concentrado al partido y no salga a defender el resultado, lo cual sería desastroso, sino a buscar a su rival como hace siempre.
Es decir, para pasar a semifinales es más necesario que nunca que el Celta sea el Celta que nos tiene acostumbrados. Ese equipo que jamás teme a ningún adversario, pero que respeta siempre a quien tiene enfrente. Confianza en sí mismo y respeto son los ingredientes necesarios para superar esta ronda. Parece fácil decirlo, pero es muy difícil completarlo.
Esta noche nos veremos y haremos balance de lo que ha sido el día, de lo que ha sido la eliminatoria. Espero que hagamos números de quien nos puede tocar en la siguiente ronda, y que mañana por la mañana estemos pendientes de un sorteo que volverá a hacernos soñar con lograr algo grande. Lo podemos tocar con las manos. No despertéis todavía.
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