Foto: Lalo R. Villar |
La pasada semana hablaba Carlos Mouriño de un posible relevo en la presidencia del club. Lo hacía sin poner fecha de caducidad a su futuro, y sin tener claro que iba a pasar con el club. Pues bien, esta fecha estaría más cercana de lo que dio a entender en caso de ser ciertas las informaciones de Onda Cero Vigo, en las que afirman que el mandatario celeste está a punto de cerrar la venta del club a un grupo asiático, hecho que se podría anunciar de forma oficial en la Junta de Accionistas que se celebrará en el mes de diciembre.
Mouriño se encuentra en una difícil situación. Está físicamente cansado. La presidencia de un club de fútbol desgasta mucho, y a sus 73 años ha comprobado este verano la dureza de su trabajo. Con la remodelación del estadio bien enfilada, la situación económica reconducida, con nueva sede en la calle del Príncipe, y la imposibilidad de acometer la creación de una ciudad deportiva, el Presidente cree que ha llegado el momento del relevo.
Su intención inicial sería que el club continuase en manos de su familia, pero no parece fácil que sus descendientes se hagan con el club, ya que sus empresas les ocupan mucho tiempo. Otra opción es que el club pase a ser presidido de forma ejecutiva por Antonio Chaves, pero el grovense tampoco parece estar por la labor. Así pues, la única vía que queda es la de vender el club a un comprador, y esta parece ser la opción elegida.
China, convertida en auténtica potencial económica mundial, está realizando un lento, pero ascendente, desembarco en el fútbol europeo. Granada y Espanyol ya están controlados por grupos chinos, así como el Atlético de Madrid, cuyo 20% también pertenece a capital chino.
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