Cuenta la leyenda que cuando Luis Aragonés convocó a Oubiña para la selección le recomendó cambiar de equipo para seguir yendo convocado con regularidad. El capitán no lo hizo, al menos en ese momento, y acabó desapareciendo de las listas. El descenso del Celta a Segunda, y una inoportuna lesión que le tuvo más de tres años fuera de los terrenos de juego impidieron que volviese al combinado español.
No es la primera vez que oímos algo así, ni será la última. A los seleccionadores les cuesta llamar a jugadores que estén fuera del Star System, olvidándose más de una vez de futbolistas que militan en equipos más modestos, menos conocidos o sin la farándula de otros.
El caso de Augusto Fernández es el último, pero no el primero ni el último. Augusto acudió al mundial de 2014, pero desde el 3 de septiembre de ese año no había vuelto al combinado argentino. Todo ello a pesar de realizar un año 2015 sobresaliente en el Celta, destacando en casi todos los partidos y siendo pieza indiscutible para Berizzo.
Ha tenido que fichar por el Atlético de Madrid para que el Tata Martino se haya acordado de él nuevamente. Augusto sigue existiendo ahora que juega en la capital, pero era uno más cuando jugaba en las afueras futbolísticas. Quizás este es uno de los motivos, -dinero a parte- que lleva a los jugadores a preferir un futuro en otros equipos, y por eso algunos consideran que Nolito, siendo suplente en el Barcelona, tendría más opciones de jugar la Eurocopa que siendo titular en el Celta.
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