El gol de Krohn-Dehli


Foto: LFP
Difícil imaginar un epílogo peor. El Celta salió goleado de Nervión por un Sevilla que aprovechó al máximo sus oportunidades y que demostró porque es uno de los mejores equipos de Europa en competiciones por eliminatorias y cómo se crece cuando se acerca la recta final de las mismas. Esta historia ya la conocíamos, pero nadie contaba con un 4-0 en el partido de ida que convierte la vuelta en un imposible. 

Pero el final pudo ser mejor. La guinda a la goleada la puso un futbolista muy especial en Vigo: Michael Krohn-Dehli. El centrocampista danés será recordado en Vigo como uno de los jugadores con más clase que jamás haya vestido la elástica celeste. Sus conducciones, regates, sus pasees y la magia que emanaba dificilmente se olvidarán. 

En la memoria celeste se guardará, sobre todo, su ramillete de asistencias. Aquella a Aspas contra el Valladolid, la que le dio a Nolito en Elche, a Augusto ante el Getafe, a Álex López frente al Espanyol. Son tantas y tan buenas, que es realmente difícil filtrarlas y quedarse con una. 

Lo que no recordaremos tanto son sus goles. En 108 partidos marcó 2 goles. Ninguno de ellos sirvió para ganar un partido, y al igual que se recuerdan sus extraordinarias asistencias, también se recuerdan sus desafortunados disparos. La conclusión es que es un maravilloso jugador, sin gol. Pues bien, ayer marcó el cuarto tras un regalo de Jonny. El jugador sin gol que nos maravilló vestido de celeste, terminó de rematarnos con el cuarto de la noche. La vida es así. 

El danés fue austero en la celebración. No lo celebró, casi lo lamentó, aunque finalmente acabó apretando los puños con rabia. Respeto, en todo caso, por la afición que lo idolatró durante tres años. 

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