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| Foto: El Comercio |
El pasado sábado muchos aficionados sportinguistas no pudieron seguir a su equipo en el Estadio de Balaídos debido a la negativa del Celta a despachar entradas a los aficionados visitantes. Más allá de cuestionar a aprobar la medida tomada por el club, en todo caso amparándose en la normativa vigente, según hicieron saber en un comunicado oficial, queremos poner el foco sobre un detalle curioso que sucedió en un bar de los alrededores del Estadio municipal.
La directiva del Sporting decidió cancelar su viaje a Vigo. No hubo representantes de los rojiblancos en el palco de Balaídos, y tampoco acudieron a la habitual comida de confraternización que se celebra, como es costumbre, el mismo día del partido. Sin embargo quien si viajó a Vigo fue Enrique Castro, el mítico Quini, antiguo delegado del club, y hoy responsable de las relaciones institucionales de la entidad.
El “brujo” quiso solidarizarse con los aficionados, y a pesar de viajar a Vigo, decidió presenciar el partido en un bar sito en los aledaños del estadio, según informó Marca la misma noche del partido. Y eso que Balaídos no es un escenario cualquiera para Quini, ya que debutó en Primera División en este estadio. Así pues la sorpresa que se debieron llevar los que compartieron barra con Quini tuvo que ser importante.
Para los más jóvenes, o que no conozcan la figura de Quini, se trata de una de las leyendas de la liga. Jugó en Primera durante 17 temporadas, cuatro en el Barcelona y trece con los asturianos. Anotó 219 goles, y fue 35 veces internacional absoluto. Es el octavo máximo goleador en la historia del campeonato, y protagonizó un secuestro, durante su etapa en el Barcelona, que aún se recuerda por lo mediático de su tratamiento.




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