Foto: AFP
Pablo Hernández nunca olvidará este partido. Tampoco su equipo ni el celtismo. El 'Tucu', el futbolista que más críticas recibe del equipo por la discutida titularidad que le ofrece Berizzo, fue el artífice del 2-3 definitivo, el tanto que acababa con la maldición de Anoeta tras 16 años, con un tanto espectacular que le sirve para reivindicarse. Su efusiva celebración aproximándose a la afición celeste denota la necesidad que tenía el chileno-argentino de vivir un momento como éste.
Buen encuentro en Anoeta
El centrocampista del Celta, que ha disputado 690 minutos en esta Liga siendo titular en nueve de los diez partidos disputados, salió de inicio en Anoeta y realizó un buen encuentro. Ayudó en defensa, tuvo ritmo con la pelota, se asoció con sus compañeros y en la primera mitad casi sorprende a Rulli con un centro envenenado desde la derecha. Fue amonestado en la segunda mitad por llegar tarde a un balón que había avanzado para salir al contraataque. Berizzo apostó por su continuidad.
Un zurdazo soberbio para volverse loco
Cuando quedaba muy poco para la conclusión y en el pleno asedio celeste, Nolito tenía la pelota en la banda izquierda, cerca del área. Estaba rodeado por varios rivales. Buscó compañía, vio su llegada por el centro del 'Tucu' y le echó la pelota. Pablo Hernández controló el esférico, la pelota botó sobre el césped y cuando ésta descendía el chileno-argentino sacó su fusil, su pierna izquierda, para pegarle al balón con el alma. El esférico realizó una parábola prodigiosa y entró como una exhalación en la portería realista, pese a la buena estirada de Rulli. El 'Tucu' se volvió loco. Era lo que nos faltaba.
0 comments:
Publicar un comentario