El limbo de Nolito


SERGEY DOLZHENKO

Contaba anoche Manolo Lama en la COPE que si Nolito quiere entrar en la lista de la selección española para la próxima Eurocopa debe ayudar más en defensa. Así por lo menos opina el cuerpo técnico de la Roja, según el periodista. Se confirma pues que Del Bosque no ha visto demasiados partidos del Celta. Sólo así se entienden tantas dudas, tantos interrogantes sobre un jugador que hoy por hoy debería ser indiscutible en el combinado nacional, y que en la actualidad no parece más que una alternativa eventual en la recámara para el preparador salmantino. Si el problema es que corra hacia atrás, que nadie se preocupe que Nolito correrá hacia atrás. Y sino, bastará con una llamada a Jonny para preguntarle sobre el tema.

Nolito es hoy por hoy aire fresco para una selección mustia desde hace ya años que poco a poco intenta recuperar su brillo. Ha solventado sin problemas una fase de clasificación muy asequible en la que los resultados han primado por encima del juego. Salvo ratos contados, España se ha impuesto por poderío más que por fútbol. Anclada en esa transición dulce que para Del Bosque ha consistido fundamentalmente en sustituir las piezas que han abandonado (Xavi, Xabi Alonso), o que simplemente se han echado a un lado (Villa), y mantener a todos aquellos que han continuado, estén mejor (Piqué, Ramos, Alba, Iniesta, Busquets, Silva, Cazorla) o peor (Casillas, Pedro, Cesc, Diego Costa), la vigente campeona de Europa trata de encontrarse a sí misma camino de Francia. Alrededor de esa guardia pretoriana, el técnico rellena la plantilla con alumnos aventajados de las inferiores (Thiago, Isco, Carvajal, Morata, Bartra, De Gea...), clarificando los roles y sin deshacer las jerarquías. Estructura de club en la selección. 

Anoche en Kyev reclamaron mayor espacio en el combinado nacional una serie de futbolistas ausentes en los años gloriosos pero que en la actualidad aportarían gran valor a la selección. En ese grupo, con los De Gea, Thiago o Isco, está Nolito. Un grupo de suplentes para Del Bosque que se reunieron sobre el césped en la noche más intrascendente de la fase de clasificación. Suplentes o algo peor, al menos en el caso de Nolito. Nadie duda de la inclusión en la lista de los tres primeros nombres, pero no tantos pondrían la mano en el fuego por el del gaditano. Observando las opciones y advirtiendo los gustos y forma de actuar del seleccionador, la pelea de Nolito puede que esté con Mata y Vitolo. Siempre y cuando, claro, Diego Costa no se caiga de la lista, lo que abriría un hueco más. Mal negocio.

Resulta difícil pensar qué más debe hacer Nolito para viajar a Francia. No es que su nivel le alcance para entrar en la convocatoria de 23, es que podría incluso ser titular. El estado de forma de Pedro dista mucho del de aquel jugador desequilibrante del mundial de Sudáfrica y de los años posteriores en el Barcelona. Nolito a día de hoy es ese Pedro de 2010. Algo mayor, cierto, pero con ese mismo desparpajo y alegría que tanto bien le hicieron a España en su momento. Se ajusta perfectamente al estilo de la selección y aporta características que enriquecen al equipo. Juega pegado a la cal, ensanchando el campo, pero también sabe combinar por dentro con sus compañeros. Tiene uno contra uno, capacidad para regalar una asistencia desde zona de tres cuartos y gol. Y además, sabe correr hacia atrás. 

Estadísticas y sensaciones lo avalan. Manteniendo el nivel, no debería haber dudas. Del Bosque, en cambio, las tiene. Comete un error. En su respeto y agradecimiento al pasado, y su comedida apuesta por el futuro, se está olvidando del presente. Nolito está en ese limbo, en ese espacio intermedio. No pertenece al olimpo de viejas glorias en el que el seleccionador confía y confiará hasta el último día en el cargo. Tampoco a ese relevo generacional, campeón de Europa sub-21, que tímidamente introduce de cara a años venideros para que otro lo emplee. Es un "jubilado" de 28 años sin derecho a pensión vitalicia.


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