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| M. MORALEJO |
Respeto. Eso es lo que se ha ganado el Celta en las dos últimas temporadas. El respeto de toda una liga que sabe lo complicado que es meterle mano a los celestes. Que desde Barcelona se considere la de Balaídos una de las salidas más complicadas para el conjunto de Luis Enrique es ya un triunfo para los de Berizzo. Quién lo diría hace apenas cinco años. El Celta se ha convertido en uno de los animadores del campeonato, en uno de esos equipos terrenales capaces de amargarle la tarde a los extraterrestres. Una consideración ganada a pulso tras complicarle la vida a los más grandes el año pasado. Sobre todo al Barça, al que tuvo contra las cuerdas hasta que un testarazo de Mathieu derrumbó la resistencia olívica a un cuarto de hora del final.
Esta noche, Berizzo y los suyos tratarán de repetir guión con distinto final. Son conscientes del potencial del adversario, pero también de su capacidad para lastimar a los gigantes. Ya lo hicieron hace diez meses en el Camp Nou y quieren repetirlo. Para ello podrán contar con Gustavo Cabral y Pablo Hernández, renqueantes tras el duelo del domingo en el Sánchez Pizjuán. Imposible en cambio es la participación de Jonny, pues el recurso presentado por el Celta a su segunda amarilla del fin de semana incomprensiblemente no ha prosperado. Cosas de comités. Carles Planas disfrutará de su primera titularidad del curso ante su ex-equipo y ante Leo Messi.
No habrá rotaciones, aunque todo podría cambiar debido al estado físico de los tocados. Si no hay inconvenientes, el once será el de siempre. Sergio actuará en portería flanqueado por una línea de cuatro con Hugo Mallo, Cabral, Fontás y Planas. Por delante, Augusto, Tucu Hernández y Wass actuarán en mediocampo. Arriba, el tridente atacante de siempre: Orellana, Aspas y Nolito. Sergi Gómez y Radoja podrían entrar por Cabral y Tucu, respectivamente. Todo dependerá de si el argentino y el chileno se encuentran aptos para afrontar un encuentro de tamaña exigencia.
En frente el campeón de todo y líder de la liga. Un Barcelona sin velocidad de crucero pero que cuenta sus partidos domésticos por victorias. Luis Enrique ha avisado del peligro del encuentro, consciente de que sus anteriores pupilos pueden convertir en muerte el susto que le dieron el pasado curso. Por ello no se reservará nada. Saldrá con todo en busca de dar un golpe en la mesa en un inicio de temporada complicado por el calendario. Bravo, Rafinha y Vermaelen son baja por lesión, mientras que Sandro se ha caído de la lista.
Así pues, Ter Stegen estará bajo palos. La defensa de cuatro la formarán Sergi Roberto, Piqué, Mascherano y Mathieu. Dani Alves y Jordi Alba, habituales titulares, salen de lesión y Luis Enrique podría optar por dejarlos en el banquillo. Por delante, Sergio Busquets comandará el centro del campo con Rakitic e Iniesta como volantes. Y arriba, la MSN: Messi, Suárez y Neymar.
Undiano Mallenco, del colegio navarro, será el encargado de dirigir un encuentro que seguró divertirá. El Celta, sin nada que perder, saldrá a tumba abierta con la única obligación de hacer pasar un mal rato al todopoderoso equipo azulgrana. Ese es su éxito. El convertirse en anfitrión incómodo habla de la magnitud de un conjunto que ha devuelto la celeste a la portada de los periódicos nacionales. El Barcelona sabe que en Balaídos se ganan ligas. El Celta sabe, y desea, que también se puedan perder.




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