Marta Viñuela, entusiasmo celeste en el Pizjuán




"Llevaba varias temporadas queriendo ir a Sevilla, al Sánchez Pizjuán, pero siempre se me escapaba la oportunidad", señala Marta Viñuela. Este año tocaba sí o sí. Con un mes de antelación, ya tenía los billetes.  Hizo realidad su deseo, que no pudo ser más placentero. "Fue un partidazo, sobre todo la primera parte, aunque celebrábamos los goles cuando veíamos al equipo abrazarse porque desde nuestro ángulo no se apreciaba del todo bien", apunta esta celtista pontevedresa de 33 años, que trabaja en Madrid como técnico de Calidad. "Creo que éramos aproximadamente 20 celtistas detrás del banquillo del Celta, aunque había alguno más perdido en otras gradas", relata. "Con la gente del Sevilla, muy bien. Aunque en algún momento cantaron 'Vigo No' desde una parte del estadio, en general todo fue maravilloso", matiza. "Al salir del estadio había gente que nos paraba para decirnos lo mucho que se alegraban del resultado porque eran Betis", afirma entre risas. "Además, dentro del campo alguien nos hizo algún comentario del tipo 'Os habéis traído el calor de Galicia' (pasamos muchísimo calor, más de dos horas bajo un sol horrible. ¿A quién se le ocurre poner un partido en Sevilla a las 12?) o 'Como sigáis así, ganáis la Liga", apunta. 



Marta está encantada con la situación del equipo, pero prefiere ser cauta. "Las sensaciones son buenas. Después de todo lo que hemos pasado, ahora mismo es un momento para disfrutar. Para mí, el objetivo son los 40 puntos. ¡Sólo nos quedan 30! Lo demás, sería un sueño", argumenta antes de recordar que iba a Balaídos con su padre desde muy pequeña. "Para mí el Celta es un un sentimiento y una forma de ver las cosas. Es otra forma de compartir una afición y otra posibilidad de hacer turismo. Creo que soy una celtista fanática. Mi familia y mis amigos lo saben. ¡No pasa un año sin que tenga un regalo celeste!", afirma. "Si cualquiera de mis amigos tiene que definirme, estoy segura de que dirían que primero soy del Celta y luego todo lo demás", bromea mientras comenta que en el trabajo tiene dos fotos célticas para animarse. 



"¡Mi primer recuerdo de Balaídos es del Celta de Gudelj! Ha sido mi futbolista favorito, un 'crack'. Después, te diría que Oubiña (lástima que tuviera tan mala suerte) y el 'zar' Mostovoi. Del Celta actual, me quedo con Jonny y Sergio por su esfuerzo y saber estar", reflexiona Marta, quien refiriéndose a partidos inolvidables se queda recientemente con el Valladolid-Celta de 2013. "Estábamos con un 4% de posibilidades y se alinearon todos los planetas. Si echo la vista atrás, quizá me quede con el 4-0 a la Juventus de UEFA", añade. Probablemente, su día celtista más feliz fue la permanencia lograda hace dos años. "Creo que cualquier celtista tiene en su retina el pitido final. Recuerdo darme la vuelta en el último córner del Espanyol porque no podía mirar y que un señor me dijera de repente, poniéndome la mano en la cabeza, "¡Filliña, xa pasou!". Cuando me di la vuelta, estaba todo el mundo corriendo en el campo", rememora. "¿El más triste? El día que bajamos a Segunda División en 2007 fue uno de ellos porque además estaba lejos de casa (en Cádiz) y lo escuché por la radio. También perder las dos Copas del Rey. Una lástima", considera. "Seguramente ha habido bastantes partidos para olvidar, alguno de esos en los que el Deportivo nos gana o de los que nos ganan en el último minuto…. ¡También cualquiera de los que hemos visto en Getafe estos últimos años!", analiza. Queda claro. Marta lleva sangre celeste. Es puro celtismo. 


@marcosblancoh

0 comments:

Publicar un comentario