Un líder solvente


MARTA G. BREA

Victoria solvente, que no brillante, de un Celta encaramado al liderato de la Primera División. En un partido marcado por la temprana expulsión de Toño, los hombres de Berizzo vencieron sin excesivos apuros a un Rayo Vallecano que parece haber perdido su ángel en Balaídos. Nolito, en un día discreto, decidió el envite con dos goles y una asistencia a dos días vista de terminar con la incertidumbre sobre su futuro. Goleada con tramos de buen fútbol para certificar un inicio sobresaliente en cuanto a resultados de un equipo que promete ilusión y divertimento a su hinchada.

Corría el minuto 10 cuando el choque se puso cuesta abajo para los locales. Orellana regaló un caramelo en profundidad a Daniel Wass que el dinámico danés supo convertir en diamante. Dribló al portero y encontró la expulsión y el penalti. Nolito tiró de galones y encaminó un duelo que quedó desnivelado ya desde el inicio. El Rayo, del que se esperaba un combate cuerpo a cuerpo, perdió la capacidad de golpear a su contrincante. Se limitó a alguna que otra posesión longeva sin apenas peligro para la meta celeste. Sergio tuvo un plácido regreso a la titularidad.

Sin embargo el Celta, al igual que seis días antes, tampoco encontró la manera de aprovechar la superioridad. No sufrió, pero tampoco lastimó en exceso. Aspas encontró un par de huecos, pero le faltó inspiración para culminar. El resto de sus compañeros de ataque mostraban voluntad, pero no precisión. La pelota perdía velocidad en la medular, donde el Tucu no era capaz de darle ritmo. Sólo las veces en las que Orellana y Wass le imprimieron vértigo a la jugada, el Celta fue capaz de dañar la portería rayista.

En la segunda mitad la cosa mejoró. El Rayo sufrió el desgaste físico de la inferioridad y los espacios surgieron donde antes no los había. Tuvieron los locales la oportunidad de golear, pero sólo encontraron el 2-0 de rebote tras un disparo de Nolito. No hizo falta mucho más para sentenciar una partida decidida ya al cuarto de hora. Era tiempo de ver a los nuevos en un momento propicio para estrenarse en Balaídos. Guidetti tuvo 15 minutos y Drazic ni siquiera se vistió. La gestión de los cambios, otra vez, en el debe del Toto.

Dos jornadas de competición y dos victorias. En ninguna de ellas el Celta ha brillado. Su nivel futbolístico actual se ajusta más a la normalidad que el de aquel equipo deslumbrante de inicio del curso pasado. Poco a poco. A nivel defensivo, si bien no ha habido exigencia suficiente ante dos rivales mermados, el equipo conserva esa presión alta que tanto dificulta el juego enemigo. En ataque, continúa faltando velocidad y especialmente precisión. Ni Nolito ni sus colegas andan especialmente finos. Pese a todo, 2 goles y 1 asistencia del sanluqueño en sus dos actuaciones. Es el resumen de un Celta todavía en rodaje, pero con la capacidad ofensiva suficiente para acumular victorias al mismo tiempo que minutos. Triunfos que, diez años después, sirven para ser líderes de Primera División. A sonreír. 

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