La huella de Luis Enrique


Foto: AFP
A lo largo de esta semana, una pregunta habitual en la sala de prensa de A Madroa, es por el regreso de Luis Enrique a Balaídos, que este domingo dirigirá al Barcelona en el estadio vigués. Muchos de los jugadores que tuvo a sus órdenes en el Celta, se mantienen en la plantilla, y la sensación de cariño, aprecio y gratitud hacia el técnico asturiano es unánime. 

Pocas veces una persona logra tal unanimidad entre sus jugadores. No es fácil gestionar un vestuario amplio, lleno de egos, y ganarse el respeto de toda la plantilla a pesar de que es imposible que todos jueguen. Luis Enrique lo logró en Vigo. Cuenta un veterano futbolista del Celta, que la gran virtud de “Lucho” fue la de ser respetado sin dar un solo grito en toda la temporada. La confianza que siempre mostró con los jugadores, el reparto de minutos entre toda la plantilla, y la reducción de las concentraciones previas a los partidos, fueron sus puntos fuertes en la gestión del vestuario. 

Además, apostó por algún canterano, caso de Santi Mina, que esta semana reconocía la importancia del técnico en su carrera: “Me dio continuidad y aún en los malos momentos, demostró tener confianza en mis posibilidades”. Charles fue más allá, y habló de marcar un camino, señalándole como uno de los mejores técnicos que ha tenido: “Nos dejó a todos boquiabiertos por su forma de trabajar. Ha sido uno de los mejores entrenadores que he tenido en toda mi carrera deportiva”, apuntó. 

Nolito, Krohn-Dehli, Borja Oubiña, y ayer Fontàs: “Nos marcó muchísimo en el estilo de juego, en la manera de combinar e intentar ir siempre a ganar los partidos y salir jugando desde atrás”, manifestaba el catalán, que conoce bien a Luis Enrique. Lo entrenó en el filial azulgrana, y fue el asturiano el que decidió retrasar la posición de Fontàs, del mediocentro a la zaga. En él también ha dejado una huella especial. 

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