Larrivey: Y al sexto día descansó


Foto: Celta
Joaquín Larrivey estaba en disposición de superar el registro de Vlado Gudelj, que anotó en sus cinco primeros partidos como futbolista del Celta en Balaídos, y de ponerse a la altura de otra leyenda céltica como es Mauro. Sin embargo el argentino, que lo intentó hasta la extenuación, no encontró en esta ocasión el camino del gol, y se tuvo que conformar con pensar en lo ya hecho y elucubrar sobre nuevas marcas históricas. 

El ariete céltico, dios del gol en el inicio liguero, decidió descansar al sexto día, aunque la frase que sirve como titular no se ajusta en realidad a lo que se vio sobre el césped, ya que si algo no hizo ayer Larrivey fue precisamente eso; descansar. 

El argentino se fajó con la zaga rival en todos los balones aéreos, muchos de ellos ganados por su osadía, y también se bajó al fango cuando fue necesario. Peleó en los balones dividios, intentó crear espacios para sus compañeros arrastrando a sus rivales, ayudó en tareas defensivas, y tuvo alguna que otra ocasión para batir a Roberto, la más clara de ella a los diez minutos de la segunda mitad cuando disparó fuera un balón que había ganado con una buena maniobra y tras darse la vuelta dentro del área con el esférico controlado. 

Fue una de las más claras para el Celta, y el momento de oro desaprovechado por Larrivey para entrar en la historia del conjunto vigués superando a un mito llamado Vlado Gudelj, apreciado completamente, y sin discusión alguna, por toda la parroquia viguesa. Esa parroquia que hoy idolatra a Larrivey, y que le perdonará que decidiera descansar como goleador en el sexto día. 

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