Larrivey se encasquilla


Foto: Benito Ordóñez
Joaquín Larrivey regresaba ayer a Vallecas, su primer destino en la Liga española, donde el actual delantero centro del Celta no tardó en convertirse en ídolo de la afición franjirroja. Larrivey aportó al Rayo 12 goles y fue uno de los artífices de la reacción del equipo de Paco Jémez en la segunda vuelta.

Rara vez un futbolista que ha dejado huella en un club brilla cuando tiene que enfrentarse por primera vez a él en el bando contrario. Algo de esto le pasó ayer al céltico Joaquín Larrivey, santo y seña del Rayo Vallecano la pasada temporada, y ahora referente goleador del Celta. Volvía el ídolo de la afición franjirroja al campo del equipo que le abrió la puerta del fútbol europeo agradecido por la oportunidad y el trato recibido en Vallecas pero dispuesto a no dejarse llevar por los sentimientos. Y no lo hizo, aunque tampoco sirvió de mucho al Celta.

Sin realizar uno de sus mejores partidos como celeste, el punta argentino estuvo por encima del nivel general del equipo y dispuso de alguna buena ocasión que prácticamente tuvo que fabricarse él mismo. La más clara, con la que rozó el gol, la tuvo el artillero argentino a balón parado, tras una falta botada por Nolito que picó de cabeza con veneno, aunque ligeramente desviada a la derecha del marco de Cristian Álvarez, el portero franjirrojo.

Fue su mejor opción de una tarde en la que el artillero céltico, estrechamente vigilado por Abdouyé y Zé Castro, los centrales del Rayo, se fajó en una dura batalla para ganar la pelota en la que no siempre resultó vencedor. Participó menos de lo que acostumbra en la elaboración del juego y cazó pocos remates en el área rival. Las mejores opciones de remate le cayeron ayer a Álex López y Augusto, pero sobre todo llevaron el sello de Krohn-Dehli y Cabral, que estrellaron sendos balones contra la madera.

Por un incomprensible capricho del fútbol Larrivey sigue irremediablemente enamorado de Balaídos, donde ha logrado seis de los siete goles que suma en su casillero. Su idilio con el estadio vigués sólo se ha roto esta temporada en el Camp Nou. Vallecas, donde el pasado curso Larrivey anotó seis sus doce goles con el Rayo, deberá esperar al menos un año más.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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