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Foto: Alfredo Aguilar |
La idiosincrasia del club que dirige Quique Pina, conveniado con el Udinese de la familia Pozzo, hace que sea lugar de paso de futbolistas de todo el mundo. Uno de los decenas de ejemplos de ello es el del céltico Fabián Orellana, que en su día fue fichado del Audax chileno por el mentado club italiano, pero nunca llegó a vestir su camiseta ya que fue cedido al Xerez y después se fue al Granada, quien finalmente se hizo con sus derechos y primero lo cedió y después lo vendió al Celta.
Esa capacidad de los Pozzo y de Pina de buscar jugadores en cualquier punto del planeta para nutrir sus equipo y darles salida se ve reflejada ahora no sólo en la primera plantilla del Granada, sino también en su filial. Así, Joaquín Caparrós dispone, junto a una decena de españoles, a futbolistas de, al menos, otras once nacionalidades.
La variedad es enorme y la nómina, curiosa: el portero macedonio Stole Dimitrievski; Jeison Murillo y Jhon Córdoba, de Colombia; Jean-Sylvain Babin, con doble nacionalidad de Martinica y Francia; Dany Nounkey y Allan Nyom, de Camerún y Francia; Dimitri Foulquier, de Guadalupe y Francia; Luis Martins, de Portugal; Manuel Iturra, de Chile (e Italia); Aboul Sissoko, de Malí y Francia; Sulayman Marreh, de Gambia; Eddy, de Azerbayán y Angola (aunque nacido en Roquetas de Mar); Daniel Larsson, de Suecia; Youssef El Arabi, de Marruecos y Francia; Isaac Success, de Nigeria; y Darwin Machís, de Venezuela.
No es de extrañar, pues, que al disponer sus piezas el técnico granadino acabe elaborando onces iniciales como el del último encuentro ante el Real Madrid, con hasta nueve jugadores no españoles –sólo el meta gallego Roberto y el lateral derecho Juan Carlos Pérez– y otras tantas nacionalidades representadas.
El Granada es ejemplo de internacionzalización, pero hay muchos clubes que no le van a la zaga. Atlético, Málaga y Almería tienen futbolistas de hasta once nacionalidades distintas; Sevilla, Real Madrid, Rayo y Elche, de una decena de ellas; Barcelona, Villarreal y Córdoba, de nueve; y Getafe y Lerante, de ocho.
En ese décimo cuarto puesto en número de naciones presentes en su vestuario aparece el Celta, con siete: los españoles (13 en total); los argentinos Gustavo Cabral, Augusto Fernández y Joaquín Larrivey –los dos últimos con doble nacionalidad italiana–; los chilenos Fabián Orellana y Pablo Hernández –este último también argentino–; el serbio Nemanja Radoja; el gabonés Levy Madinda; el danés Michael Krohn-Dehli; y el brasileño-portugués Charles Dias.
Curiosamente, el equipo celeste tiene el mismo número de naciones en su plantilla que el Deportivo de A Coruña. Mientras que el Valencia y el Espanyol reducen la nómina a seis.
Los tres últimos equipos en esta clasificación son los tres representantes vascos en Primera: la Real Sociedad, que tiene futbolistas de cinco nacionalidades distintas; el Eibar, que baja hasta cuatro; y el Athletic, que tiene dos, ya que su norma de sólo utilizar jugadores vascos incluye a los nacidos en el País Vasco francés, como es el caso de su joven defensa central Aymeric Laporte.
Atlántico Diario
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