El Celta fue incapaz de superar el entramado defensivo de Caparrós. Los de Berizzo, con un juego bastante plano, no pudieron rebasar el muro montado por el técnico andaluz, que acabó desquiciado, aunque tuvo ocasiones para llevarse el partido. Al guión del partido, perpetrado por el conjunto andaluz, solo le faltó el gol a la contra en los últimos diez minutos, mérito del Celta, que llegó más entero a la recta final y se cubrió bien las espaldas, aunque le faltó el premio del gol.
De entrada nos encontramos con una pequeña sorpresa con la entrada de Sergi Gómez en el once, quedando en el banquillo Fontàs, ya recuperado de su lesión. Sorpresa menor si tenemos en cuenta el excelente rendimiento del catalán desde que su compañero se lesionó. El resto del equipo fue el mismo que venció al Barcelona en el Camp Nou hace una semana.
El partido no engañó a nadie desde un principio. El fútbol fue honesto con el espectador, que no aguardaba demasiadas fiestas. El Granada montaba dos líneas defensivas muy juntitas protegiendo a Roberto, con dos balas en ataque. Lo que uno se puede esperar de un equipo entrenado por Caparrós. El Celta tenía el balón, entre otras cosas porque el rival no lo necesitaba demasiado. El juego era plano, demasiado pase horizontal y escasas líneas de pase. Fue así durante toda la primera parte.
La única opción para rebasar el muro de Caparrós era aguardando la inspiración de sus extremos, que hoy no llegó. Y eso que a los diez minutos Balaídos celebró un golazo de Sergi Gómez, anulado por clara posición de fuera de juego del zaguero. La más clara del partido la tuvo Pablo Hernández tras un error de Roberto. El chileno intentó picar el balón pero no encontró portería.
El Celta tenía llegadas de cierto peligro, con disparos de Nolito o algún centro de Hugo Mallo que no encontraba rematador, pero la mejor ocasión llegó tras un error a medias entre Roberto y el colegiado, que señaló cesión en una acción dudosa. En todo caso, el meta ex céltico no necesitaba recoger el balón con la mano, pero su ansia de perder tiempo hizo el resto. El libre indirecto dentro del área se zanjó con un mal disparo de Orellana. Balaídos lamentó esa ocasión, consciente de que no las habría mucho mejores.
De ahí al descanso hubo un par de llegadas en botas de Pablo Hernández y Orellana. Poco bagaje para un equipo que debía mostrar su superioridad. En cuanto al Granada, la nada absoluta. Sergio se enfriaba en la desangelada noche viguesa.
Sin cambios en la reanudación, con un Celta más enchufado, pero sin llegar a generar peligro real. Caparrós, que seguía su hoja de ruta al pie de la letra, comenzaba a preparar la emboscada dando entrada a hombres muy peligrosos arriba. El andaluz introdujo hombres rápidos y peligrosos arriba, buscando alguna contra, aunque las ocasiones seguían siendo del Celta. Larrivey la tuvo a los diez minutos, con una buena maniobra en área rival, mal finalizada.
El Granada encontraba cada vez más espacios para correr ante el cansancio céltico, y así Rochina pudo marcar el primero con remate a bocajarro dentro del área viguesa. Fue su ocasión más clara en todo el partido, y aunque se esperaba que continuasen sus contras, lo cierto es que el Celta supo defender bien su espalda. Berizzo movió el banquillo dando entrada a Augusto por Pablo Hernández, y posteriormente a Fontàs por Sergi Gómez, que se marchó tocado. Ya en la recta final retiró a Hugo Mallo para dar entrada a Álex López. Augusto terminó el partido como improvisado lateral derecho.
Las llegadas del Celta se sucedieron en la recta final del partido. Los vigueses insistieron y nunca se rindieron, pero no encontraron el gol, y eso que hubo alguna muy clara, especialmente una en la que Orellana se plantó solo ante Roberto, pero el meta de Chantada detuvo el balón. Fue un milagro ya que unos segundos antes estaba tendido en el suelo con la pierna casi inmóvil, la misma que utilizó para sacar el disparo del chileno. En los instantes finales, de agonía para los vigueses, Radoja y Krohn-Dehli, con acciones personales inquietaron a los granadinos, que regresan a Andalucía felices como perdices con su puntito.
Habrá noches mejores, e incluso alguna mañana. El Celta suma 20 puntos tras 11 jornadas de Liga, justo antes del parón por los partidos de las selecciones internacionales. Un botín que sabe a gloria y acerca el objetivo de vivir tranquilo y disfrutar de la temporada. Y tras el parón, toca visita a Vallecas, un campo que ha sido bastante complicado en los últimos años. Pero eso será otra historia.
Ficha técnica
Celta: Sergio, Hugo Mallo (Álex López, min.85), Cabral, Sergi Gómez (Fontàs, min.71), Jonny, Radoja, Kronh-Dehli, Pablo Hernández (Augusto, min.63), Orellana, Nolito y Larrivey
Granada: Roberto, Nyom, Babin, Murillo, Juan Carlos, Iturra, Fran Rico, Foulquier, Sissoko (Márquez, min.68), El arabi (Success, min.53) y Córdoba (Rochina, min.60)
Goles: sin goles
Árbitro: Estrada Fernández, del comité catalán. Amonestó a Orellana, Iturra, Juan Carlos, Fran Rico, Nyom
Campo: Balaídos, 17.023 espectadores
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