El gato voló en San Mamés


Foto: Juan Flor
Corría el minuto 22 de partido, con un Athletic dominador y llegando mucho al área de Sergio. Fue en un saque de esquina en el que la defensa céltica se durmió, y tras algún bloque y una maniobra de distracción, Aduriz logró quedarse completamente solo en el corazón del área dispuesto a anotar el segundo tanto. El ariete vasco conectó un cabezazo duro, ajustado a la cruceta celeste. San Mamés contenía la respiración a la espera de que el balón besase la red, pues ese parecía su inevitable destino. 

No contaban con la agilidad felina de Sergio Álvarez, que presentó sus credenciales ante una hinchada que lo silbó durante toda la primera mitad tras su encontronazo con Susaeta. Sergio voló literalmente para rechazar a córner el testarazo de Aduriz, que ya se revolvía para celebrar el gol con su afición. Esa parada sostuvo al Celta, que se mantenía en el partido con un tanto de diferencia remontable. Así fue. 

En los minutos restantes pasaron muchas cosas, pero el enésimo vuelo de Sergio volvió a valer puntos para el Celta. El de Catoira sigue demostrando que está preparado para ser titular en una portería de Primera División. Su trabajo durante años, muchas veces a la sombra de otro compañero, ha valido la pena.

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